"CAPITULO 3"

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—Bueno, mucho gusto, me llamo Nathan Weber —les dio la mano—, y ella es Alexia Raven.

Los tres me miraron fijamente.

¡Bingo! 

Su actitud fue la errónea desde un principio, así que no me molesté en saludarlos siquiera. Lo único que lograron fue aumentar mi desconfianza hacia ellos.

—Bueno, ¿saben de alguien que pueda ayudarnos?

—Llamamos a una grúa y no vino nadie.

Robert alzaba su celular tratando de conseguir señal. Ja. Buena suerte.

—No, pero tengo un amigo que tal vez si y...

—Pero estamos en una fiesta — interrumpí—, y probablemente nos necesitan, así que ya debemos irnos, les deseo suerte con su auto.

—Lexi, espera.

Nath tomó mi mano. Rayos. Sólo esperaba que no se le ocurriera...

—Vengan a la fiesta por una cerveza y los ayudaremos más tarde.

Genial. Los invitó. Podían ser unos  malditos maniáticos pero Nathan ya les había dado entrada libre. Vacilaron un momento antes de aceptar. Sí, claro, tres segundos. Me solté de Nath y comencé a caminar delante de ellos. 

—¿No te ibas a cambiar? —Nathan trataba de alcanzarme.

—No, ya no quiero.

Cuando bajamos de nuevo todo seguía en orden. Alcancé a ver como Vanessa bailaba alegremente con Selma -la melliza de Nathan- y con otras chicas de la escuadra. A pesar de no ser porrista, Vanessa se llevaba muy bien con ellos, todas la amaban por las maravillosas fotos que solía tomarles, siempre lucían muy bien. Y por supuesto, el hecho de ser amiga de Lena y de las hijas de Daniel Raven -Dëni y yo- era algo súper importante. Aunque le daban más importancia a Dëni y a Lena. Yo era amable y me llevaba bien con ellos, pero al parecer el hecho de que fuera una "recogida" como muchos me llamaban, ocasionaba que yo no mereciera una absoluta aceptación. Pero tenían que hacerlo o enfrentar a Lena.

La busqué con la mirada, tenía que decirle lo que Nathan había hecho. Cuando por fin la localicé, estaba en la mesa de los regalos, apilando las cajas y bolsas que habían llevado. ¡Wow! Esos eran muchos regalos. Fui corriendo hacia ella y la tomé del hombro.

—Oye necesito hablar contigo.

—Yo también, hay que llevar esto al auto —Lena me examinó de pies a cabeza—, te ves muy nerviosa, ¿qué ocurre?

—Nathan acaba de invitar a unos tipos que estaban en el camino a unirse a la fiesta. 

—¿Y quiénes son?

—Eso es lo malo, no tengo ni la más mínima idea...

—Lena, ¿eres tú?

La voz de uno de los chicos entró a la conversación. Era uno de los rubios. Robert. Lena era pálida, pero al verlo se puso blanca. Parecía fantasma, y un momento... se conocían.

—¿Robert?

Lena parecía muy nerviosa. Ella jamás era así con los chicos. Vamos, era Lena Craiden.

—¿Ustedes dos se conocen? —pregunté. 

La actitud de Lena no era la de siempre.

—Sí, cuando vivíamos en Londres — Lena se paró derecha y recobró su tono seguro—, somos viejos amigos.

—Oh que bien...

—Alex si me permites — interrumpió Lena—, debo platicar con él un momento.

Tomó a Robert de la mano y me dejaron ahí, totalmente confundida. Se adentraron en los espesos árboles y desaparecieron en cuestión de segundos.

Unos brazos rodearon mi cintura. Sólo sonreí.

—¿Estás molesta?

Se sentía tan bien estar así con Nathan pero él tenía razón, estaba molesta. Me giré hacía él y tomé sus manos entre las mías.

—No es eso, sólo estoy preocupada.

—¿Por qué?

—Vamos al auto, debo contarte algo.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt