Capitulo 14

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Cuatro días antes de la boda, estábamos Feña, Marci y yo, sentados en el patio de mi casa haciendo flores de papel para la fiesta y hablado de todo lo que íbamos a hacer luego de que regresara de la luna de miel.

Los niños se callaron de repente y me tense, un fuerte olor a perfume de hombre apareció a mi lado y supe quien estaba ahí.

—¿Qué haces aquí?—le pregunte tensa a Fernando y me puse de pie.

—Tenemos cosas de que hablar, no lo recuerdas—dijo.

—Niños, vayan a la casa.

—Mamá—dijo Feña.

—Hazlo—le  ordene—llévate a Marcia.

Me relaje cuando los oí alejarse y luego cerrar la puerta, cruce mis brazos sobre mi pecho.

—Debes irte—le dije a él.

—Por qué, tu novio policía va a aparecer y arrestarme—se acercó a mí y di un paso hacia atrás, me agarro de un brazo—sabes que he tenido que ocultarme—me zarandeo—pusiste una denuncia en mi contra, al padre de tu hijo.

—Me lastimaste—intente alejarme de él—estas…

—No voy a regresar a la cárcel—gruño, abrí mi boca.

—Estuviste en la cárcel—soltó una risa seca.

—Que, tu novio no te lo dijo—no podía ser cierto.

—No, pero está por llegar y si no quieres regresar a la cárcel es mejor que te vayas—se rio de mis palabras y agarro mi otro brazo.

—Claro que no—aseguro—crees que sería tan estúpido de venir  aquí, sé que está trabajando—trague.

Al estar más cerca de él sentí el olor a alcohol en su boca, moví mi rostro hacia un lado.

—Has bebido—le acuse—tienes que irte.

—Claro que no—dijo riendo.

—Mira lo que estás haciendo, si te vas ahora no hare nada en tu contra Fernando—enterró sus dedos en mis brazos.

—No quería hacer esto—dijo él de forma lastimera—pero te dije que iba a regresar por lo mío.

—Qué—jadee y tuve el impulso de correr hacia mi casa, de decirle a mi hijo que se ocultara.

—Pero es la única forma, no me dejaste opción.

Fernando comenzó a caminar y a arrastrare con él.

—Que…que haces—le dije mientras trataba de no caerme, luche contra él—déjame ir.

—Mamá—grito Feña y me llene de pánico.

—No—susurre.

Escuche sus pasos acercarse, también a Marcia seguirlo.

—Regresa a la casa—le grite, no me obedeció, podía escucharlo correr hacia nosotros.

—Rápido—dijo Fernando empujándome hacia adelante, tropecé y caí sobre mis rodillas.

—Mamá—jadeo Feña poniendo sus manos en mis hombros.

Fernando me empujo hacia arriba gruñendo y maldiciendo descontroladamente.

—Vete a la casa—le dije a Feña—vete con Marcia.

—No—dijo él y agarro mi camiseta, Fernando siguió empujándome.

—Si quieres que venga con nosotros no me importa—dije él y trague—pero si no haces que se aleje ahora…

—Vete—le dije a mi hijo, tomé sus manos y lo aleje de mí.

—No, mamá—rogó luchando conmigo.                                              

—Por favor—llore.

—Basta—dijo Fernando y se movió a mí alrededor.

Comenzamos a luchar entre nosotros, yo tratando de apararlo de mi hijo, tratando de que mi hijo se alejara. Fernando luchando conmigo para llegar a él. Feña pelando contra mí para no alejarse.

—Basta—gritó Fernando—debí deshacerme de este niño cuando nació—palidecí ante sus palabras, empuje a mi hijo lejos y luego me arroje contra él.

De lo último que fui consiente es de su mano chocando con mi cara, de cómo perdí el equilibrio y caí hacia atrás. Mi cabeza se estrelló contra una piedra y escuche a mi hijo gritar, luego, por segunda vez en mi vida, mi cerebro se apagó llevándome a la inconsciencia.

Aun dentro de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora