Capítulo 11: Carrera De Atletismo Y el Chico Nuevo

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A la mañana siguiente me desperté más temprano de lo normal. Quería contarle todo a Karls antes de que mi madre se despertase.

Fui hacia su balcón, salté y me coloqué delante de la ventana, comencé a dar pequeños golpes en ella, pero que va seguía dormido..., así que opte por el plan B "llamarlo por teléfono". El móvil comenzó a sonar, y me percaté que el tono de llamada de Karls, era similar a mi voz, que tono de llamada más extraño tenía puesto. Bueno ahora no creo que deba centrarme en eso, necesito que Karls lo coja.

Nada no había suerte, dormía profundamente el condenado, intenté optar por el plan C, esperar a que se despertara y cogerlo en clase a solas.

- Maldito Karls, siempre está dormido en las peores situaciones

Volví a mi cuarto, comencé a hacer la mochila y a elegir mi ropa, la verdad no me detuve mucho en pensar que ponerme, era otro día como cualquier otro. Cuando me fui a dar cuenta ya eran las 8 debía bajar a desayunar para irme a clase. Cuando baje mi madre ya estaba abajo esperándome con dos suculentas tortitas rellenas de nata y chocolate, que mejor desayuno que ese. Me lo comí entero, no deje ninguna migaja y me fui a lavarme los dientes.

Cuando subí Karls ya estaba despierto, por lo que comencé a hacerle señas con la mano para que me mirase. Este muy contento se creía que le estaba saludando..., en serio se puede ser más despistado.

Viendo que no me estaba entendiendo le llamé por teléfono y esta vez lo cogió al vuelo.

- Hola mi princesa

- Hola cielo, tenemos que hablar

- Uf!, no me gusta para nada esa frase

- No es nada de nosotros cielo, es sobre una cosa que ha decidido mi madre y necesito tu ayuda

- De que se trata

- Mi madre quiere mudarse, desde que se peleó con tu padre y quería pedirte que me ayudaras a arreglar las cosas con él.

- ¿Cómo?, que os vais a ir de aquí..., no tú no puedes irte, me lo prometiste

- Por eso necesito tu ayuda Karls, quiero quedarme y solo lo conseguiré si me ayudas

- Vale Sargento, que tienes planeado que sus órdenes cumplo

- A sí, cumples mis órdenes

- Si

- Pues qué tal si vienes para mi cuarto y te digo la primera orden - decía moviendo su dedo de forma sensual -

- En un periquete estoy yo ahí - saltó el balcón -, aquí me tienes cuáles son sus órdenes...

- Le di un gran beso, no se lo esperaba, me encanta ver su cara de sorpresa. Todos sus gestos son únicos, jamás los cambiaría por nada en el mundo. -

- Karls, te quiero mucho lo sabes

- Claro que sí, yo te quiero igual pequeña - la cogió de la cintura, mientras besaba su clavícula.- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

- Ambos bajaron las escaleras, su madre ya se había ido por lo que tendrían que ir andando a clase..., bueno de vez en cuando eso estaba bien, porque podíamos dar un relajado paseo. Fuimos todo el camino cogidos de la mano, era todo tan especial, que soñaba con que nada de esto se acabase. Pero ya sabéis lo que pienso "la vida tiene cosas buenas y malas", es decir, me queda poco para sufrir algo malo, pero prometo que estaré preparada y ser optimista en todo momento. -

- Bueno cielo, ya estamos en el instituto, nos vemos en clase de biología y química..., a se me olvidaba, creo que estás conmigo en gimnasia.

- Que sí, dios que bien..., pero no vale reírse, la gimnasia no es mi fuerte -decía avergonzada -

Querido Diario ¿Sabrá Que Existo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora