¿Es él un rayo de luz en la vida de Lucy?
Después de todo el daño sufrido, esa es la pregunta que ronda en la cabeza de ésta joven.
Lucía Strong, una chica de 18 años con un pasado perturbante es enviada a estudiar lejos de casa para dejar atrás to...
"Miedoamorir, Miedoareír, Miedo a sentir, Vivimos con miedo a vivir".
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No podía respirar, no podía moverme, sentía una presión en el pecho.
No aquí, por favor, no aquí.
Dios, experimentar un ataque de pánico abordo de un avión con un montón de desconocidos solo hacía que mi ansiedad creciera y por ende mi crisis. Esa pesadilla de que el avión caía del cielo me descolocó por completo.
Inhala, aguanta, exhala
Lo repetía en mi mente, una y otra vez como había aprendido todo esos años en terapia.
Mis ojos seguían cerrados, no podía sentir los brazos. Mis manos hormigueaban, y sentía una presión tan grande en el pecho que mi respiración, a pesar del ejercicio, se dificultaba.
Coloqué la lengua detrás de los dientes y poco a poco, fui guiando mi cerebro a otro lugar. ¿Qué hora sería? ¿Qué tan cerca estaríamos del aeropuerto? ¿Cómo llegaría al colegio si no sé dónde pedir un maldito taxi?
Me fui distrayendo a mi misma, hasta que la presión en mi pecho se relajó y recuperé la conexión a mi cuerpo, solo las manos aún me hormigueaban y temblaban.
Abrí los ojos de poco a poco y miré a mi derecha. El suspiro de alivio que solté me terminó de relajar. Aren no estaba, gracias al cielo.
Me levanté y camine a la parte trasera del avión, entré al baño y cerré con seguro.
Respiré una última vez. Profundamente.
Me lave la cara y me quedé ahí un par de minutos más, hasta que alguien empezó a tocar la puerta.
—Salgo en un minuto.
Mi voz sonaba pastosa, como si hubiera pasado todo el día sin beber agua.
Agua, exacto, necesitaba un vaso de agua y tomar mi medicamento. Miré mi muñeca para saber la hora. 11:10, justo a tiempo.
Normalmente tomaba mi medicación cerca de media mañana, ya que si lo tomaba muy temprano tenía sueño y si lo tomaba muy tarde tenía insomnio, así que junto a mi terapeuta, habíamos acordado que está era una hora precisa para mí.
Salí del baño y una mujer mayor estaba esperando afuera, le dedique una sonrisa en disculpa por haber tardado tanto.
Regresé a mi lugar, pero Aren no estaba ahí. Una azafata sse acercó y le pedí un vaso de agua y algo para comer, mientras ella me sugería un sándwich de pavo y ensalada, Aren llegó.
