Capítulo 2 – Más Peligroso Que la Última Vuelta
El rugido de los motores ya se había apagado, pero el eco de la carrera aún vibraba en tus huesos.
Terminaste cuarta, apenas un segundo detrás de Checo. Para ser tu debut, era histórico. Pero en tu cabeza solo daban vueltas dos cosas:
Su sonrisa al cruzar la meta… y la mirada de Max desde el podio, tan seria como si él hubiera perdido.
Las entrevistas post-carrera te esperaban. Te colocaste los lentes oscuros, la gorra del equipo y saliste al paddock como una diosa imbatible, aunque por dentro eras un caos.
Reportero: Y aquí está la sensación del día: la primera mujer en correr en la F1, y lo hace quedando en cuarto lugar. ¿Cómo te sientes?
--Preguntó el reportero con la emoción de quien sabe que está presenciando historia.--
Tú: Me siento bien... pero no vine a ser la primera, vine a ser la mejor.
--dijiste sin dudar.--
Detrás de ti, escuchaste una risa baja. Giraste y, claro, era Checo Pérez, con el mono de carrera entreabierto, mostrando el cuello y el comienzo del pecho. ¿Era necesario verse así de bien después de 58 vueltas?
Checo: Con esa actitud vas a terminar en el podio... o en problemas.
Tú: ¿Y tú en cuál estás?
Checo: En ambos, me temo.
Te sonrió, pero antes de que pudiera seguir coqueteando, Max apareció de nuevo, esta vez más serio que nunca.
Max: ¿Te buscan en el hospitality de Red Bull. Dicen que hay una reunión urgente.
Tú: ¿Y tú eres mi secretario ahora?
--preguntaste con una ceja alzada.--
Max: Solo cuido lo que me importa.
Silencio incómodo...
Checo frunció apenas el ceño. Tú no dijiste nada, solo asimilaste lo que Max acababa de soltar… frente a él.
Checo: Entonces que no te moleste si yo también me empiezo a interesar en lo que importa, ¿no?
--Lanzando una mirada lenta a tus labios.--
Max apretó la mandíbula. Tú los miraste a ambos. Quisiste decir algo. Quisiste salir corriendo.
Pero solo te reíste nerviosa, disimulando.
Tú: Wow. Esto se está poniendo más competitivo fuera de pista que dentro.
Y caminaste directo al hospitality sin mirar atrás. Pero sentiste sus ojos en ti.
Y aunque la adrenalina ya había bajado, tu corazón seguía en plena carrera.
El hospitality era un murmullo lejano. Todos celebraban, pero tú estabas ahí sentada, sola, con una botella de agua entre las manos y la cabeza en cualquier lugar menos el presente.
Porque ahora, después de ese cruce de miradas y palabras, te acordaste de aquella noche.
Esa que habías prometido enterrar.
Esa que Max y tú nunca hablaron.
--Un año atrás – GP de Hungría--
Un fin de semana lluvioso, el paddock mojado y una carrera cancelada a medias. Te quedaste en el garaje, sin ganas de socializar.
Entonces Max entró, todo empapado, con el pelo desordenado y una sonrisa que te rompía las defensas.
Max: ¿Te escondes del mundo o solo de los idiotas de la prensa?
Tú: Un poco de ambos.
Max: ¿Te acompaño?
Tú: Si prometes no hacer preguntas incómodas…
Max: Imposible. Soy piloto, no monje.
Se sentó a tu lado. Durante un rato solo escucharon la lluvia. El silencio no era incómodo. Nunca lo era con él.
Tú¿Sabes qué es lo peor de esto?
--dijiste de repente.--
Max: ¿Qué?"
Tú:Que por más rápido que seas… no puedes huir de lo que sientes.
Max se giró lentamente hacia ti.
Su voz fue más suave de lo que esperabas:
Max: ¿Y qué sientes tú?"
Tu garganta se cerró. No por miedo. Por incertidumbre. Por eso que vibraba cada vez que Max te miraba con esa mezcla de cariño, deseo y algo más que no sabías nombrar.
Tú: No lo sé. A veces creo que quiero algo contigo, pero… tenemos tanto que perder.
Max: ¿Y si lo que perdemos no es nada comparado con lo que podríamos tener?
Tu respiración se detuvo. Él se inclinó apenas. Solo un poco.
Tus labios estaban a centímetros. Tus ojos bajaron por un segundo.
Y entonces…
Una ráfaga de viento. Un ruido en la puerta.
Y se rompió el momento.
Tú te levantaste, escapando. Max se quedó sentado, mirando tus huellas mojadas en el suelo del box.
Nunca hablaron de eso. Nunca se repitió. Pero los dos lo recordaban.
--Volviendo al presente, suspiraste. Te pasaste las manos por el rostro.--
Checo: ¿Qué haces aquí sola?
--preguntó una voz detrás de ti.--
Volteaste. Checo. Claro.
Pero ahora… verlo solo traía más preguntas.
Porque si Checo era el fuego...
Max había sido la chispa que nunca terminó de encenderse.
Pero ahora teníamos que dirigirnos a la post-fiesta de la carrera...
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Entre curvas y secretos
Science FictionEsta es una historia de un triángulo amoroso entre Max,Checo y tú espero y la disfruten Ojo: esto es con fin de entretenimiento no busco dañar la imagen de ningún personaje involucrado en la historia
