Capítulo 13 – Amar sin Frenos
Habían pasado solo dos días desde Monza, pero algo dentro de ti estaba diferente.
No era solo el podio.
No era la adrenalina.
Era él.
Checo.
Desde ese momento en el hospitality, cuando te confesó que lo tenías “completamente desordenado”, algo se había soltado entre ustedes.
Ya no eran solo roces en pista ni miradas cargadas.
Eran dos personas que ya no podían seguir ignorando lo que estaba ahí, gritando entre los silencios.
---
El mensaje
Esa noche, recibiste un mensaje:
> "¿Estás en el hotel? No me dejes en visto esta vez."
–Checo.
Tú dudaste unos segundos.
Y luego respondiste:
> "Estoy en la terraza. Ven si quieres hablar."
Él no tardó ni diez minutos.
Lo viste llegar con una chamarra negra y esa carita de 'estoy nervioso pero me hago el seguro'.
Cuando se acercó, su mirada estaba limpia. Determinada.
Tú: No me digas que solo quieres que hablemos de la próxima carrera
Checo: No. Esta vez no vengo a hablar de curvas, ni de neumáticos… vengo por ti.
Tu corazón se apretó.
Tú: ¿Por mí?
Checo: Sí. No quiero seguir jugando a contenerme. No quiero que esta conexión se me escape entre las manos como si fuera parte de una estrategia. Estoy harto de que nos esquivemos cuando lo que quiero es verte sin medir cada paso.
Tú: ¿Qué estás diciendo exactamente, Checo?"
Él dio un paso más, tomó tus manos con cuidado, como si aún temiera que te apartaras.
Checo: Estoy diciendo que quiero que seas mi novia. Oficial. Pública. Mía.
No por ego, ni para competir con nadie.
Porque cuando te veo correr, cuando te escucho hablar, cuando me hablas como si pudieras leerme por dentro… sé que no voy a encontrar a alguien como tú."
Tus ojos se humedecieron.
Tú: ¿Lo dices en serio?
Checo: Más que nada en mi vida.
Sonreíste.
Tú: ¿Y estás listo para todo lo que viene con eso?
Checo: No. —Se encogió de hombros— Pero no hay curva que me dé más miedo que perderte.
Y con eso, te besó.
No fue un beso furtivo, ni tímido.
Fue un beso de declaración, de victoria, de inicio.
Y tú no solo lo recibiste… lo devolviste con la misma fuerza.
---
La entrevista
Al día siguiente, el equipo de prensa organizó una sesión especial con pilotos destacados.
Max no pudo ir.
Victoria, tampoco.
Solo tú y Checo.
La sala estaba llena de periodistas, todos esperando los típicos titulares.
Pero tú sabías que hoy habría algo distinto.
La primera pregunta llegó como un dardo:
Entrevistador: Se nota mucha química entre ustedes dos. ¿Es solo profesional?
Checo te miró.
Tú sonreíste.
Y entonces, él tomó el micrófono.
Checo: Quiero aprovechar esta entrevista para decir algo que ya no quiero seguir ocultando.
Sí, estamos juntos.
Y no es algo que queremos esconder más.
Los flashes explotaron.
Las redes colapsaron.
Pero tú… solo lo miraste, y asentiste.
Tú: Es real. Es mutuo. Y no va a interferir en nuestro profesionalismo… pero sí queremos vivirlo con verdad.
El murmullo en la sala fue un mar.
Pero por primera vez, no te dio miedo.
---
La cena
Esa noche, en un restaurante discreto de Milán, alejado del ruido del paddock, compartieron su primera cena como pareja pública.
Velas.
Vino.
Un pequeño reservado solo para ustedes dos.
Checo: ¿Sabes qué fue lo que me hizo decirte lo que siento? —dijo él, mientras jugaba con el borde de tu copa.—
Tú: ¿Qué?
Checo: Cuando te vi en el podio. Tan tú. Tan firme. Me di cuenta de que, si no hablaba, te ibas a ir más alto… y más lejos… sin mí.
Tú: No me iba a ir. Solo necesitaba ver si te ibas a quedar.
Se hizo un silencio cómodo.
Tú:¿Te imaginas… cómo será cuando termine la temporada?
Checo: Sí. Y me asusta un poco. Pero también me emociona. Me imagino entrenando juntos. Viéndonos más allá de las carreras. Tal vez hasta… viajando como personas normales.
Tú: ¿Eso existe en nuestro mundo?
Checo: No. Pero me encantaría inventarlo contigo.
Te acarició la mano por encima de la mesa.
Checo: ¿Y tú qué quieres?
Tú: Quiero compartir mi vida con alguien que no le tenga miedo a mi fuego. A mis victorias. A mi ambición.
Y tú… tú no solo no les temes. Me impulsas.
Él asintió, tragando saliva como si tus palabras le apretaran el alma.
Checo: Lo haré. Todos los días. En cada pista, en cada ciudad, en cada error y en cada acierto.
Tú: Entonces no te suelto.
Y brindaron.
Por lo que eran.
Por lo que venía.
Por haber elegido el amor… sin frenos.
---
Y esa noche, entre conversaciones, risas, planes y besos a escondidas, supiste que ese capítulo no era el final feliz…
Era solo el inicio del verdadero viaje.
YOU ARE READING
Entre curvas y secretos
Science FictionEsta es una historia de un triángulo amoroso entre Max,Checo y tú espero y la disfruten Ojo: esto es con fin de entretenimiento no busco dañar la imagen de ningún personaje involucrado en la historia
