O2 ▌ THIS IS NOT A ROM-CON

Start from the beginning
                                        

Te pones de pie tan rápido que casi te tropiezas. Cuando Adrien frunce el ceño preocupado, preocupado por él, agitó a tientas sus manos por un segundo antes de dejar salir.

—Yo... voy a conseguir el botiquín de primeros auxilios —Haces un gesto a la multitud de rasguños de Adrien y la herida en su cabeza, que eligió ese momento para volver a sangrar lentamente.

Apenas sientes cuando te golpeas la rodilla contra la mesa de café en tu camino al baño.

—Entonces... —Casi te sobresaltas cuando la bola oscura aparece frente a tu cara, después de agarrar el botiquín abajo del lavamanos. Su tono era el mismo que Chat Noir usaba cuando decía cosas como "Chérie, veo que te arreglaste para verme esta noche." Lo cual solo fue una horrible coincidencia.

—¿Crees que tenga una conmoción cerebral? —preguntas de inmediato y Plagg te dio una mirada que tenía más significado que muchas canciones pop. Por entre la puerta entrecerrada del baño, Adrien te sonríe torpemente y te saluda, lo suficientemente descoordinado como para botar una taza de la mesa de noche, apenas atrapándola antes de que cayera al suelo.

Plagg los miró a los dos con el mismo tipo de interés mórbido que a los accidentes de tráfico y los incendios forestales.

—Yo lo veo igual —comenta—. ¿Entonces ya están saliendo?.

—¿Disculpa? —Te atragantas al mismo tiempo que Adrien anuncia: "Apoyo la idea". Lo fulminas con la mirada antes agarrar el cuerpo del gato con una mano—. Basta. Él ya piensa que tenemos... algo.

Plagg parpadea por un momento.

—¿Oh? —Plagg entrecierra los ojos, pseudo-inocente—. Pensé que lo estaban. ¿No fueron todas esas visitas nocturnas parte del ritual de apareamiento de Chat Noir?.

—Te odio —decides, una vez que había logrado desenredar tu lengua de entre tus amígdalas. Eras muy consciente del hecho de que estabas de color rojo brillante—. No eres lindo. No sé cómo Adrien puede soportarte todo el día.

—Eso no es muy agradable —te informa Plagg, alejándose—. Y como eso no fue muy agradable, asaltaré tu refrigerador y tú te quedarás aquí sola con él.

Y desapareció entre tus paredes, como si nada. Adrien no se había movido para cuando regresas, cargando el botiquín de primeros auxilios en una mano. Cuando te detienes a su lado, Adrien abrió los ojos y se enderezó.

—Gracias por cuidarme —dice, sonriendo y suspiras en lugar de pensar en una respuesta. Presionas un cuadrado limpio de gasa contra la herida en la cabeza de Adrien, observando cómo se filtraba la sangre.

Se quedaron así por mucho tiempo. Cuando el sangrado se detuvo y haces un ademán para alejarse, Adrien atrapa tu muñeca suavemente. Sus ojos eran suaves cuando se encontraron con los tuyos.

—(T / N ), ¿tú... me odias? —pregunta, y su cara hace algo triste que te hace sentir como si hubieras abandonado un gato en medio de la lluvia.

—No lo hago —dices, dejando la gasa ensangrentada sobre la mesa y buscando desinfectante, y Adrien se aparta para que estuvieran cara a cara.

—Entonces, ¿por qué estás tan perturbada por la idea de estar conmigo? —murmura, frunciendo el ceño y aprietas los labios, agarrando el rollo de vendas.

—No recuerdas, obviamente, pero no somos exactamente... amigos. Solo nos hemos visto un par de veces —O, bueno, estás aproximadamente ochenta por ciento seguro de que no. No importa lo que esa rata voladora haya dicho sobre "ritual de apareamiento" o lo que sea.

—Aun así —comienza Adrien, con lentitud, como si estuviera pensando con mucho cuidado—. No puedo ver por qué no me gustarías —Su mirada te recorre y resistes el impulso de cruzar sus brazos sobre el pecho conscientemente. Frunces el ceño oscuramente—. No solo lo digo porque eres bonita —agrega rápidamente, riéndose a través de sus ojos cuando te sonrojas. Su boca se arquea en una esquina, un remanente de la sonrisa de Chat Noir—. Eres... amable. Bueno. Incluso cuando no quieres parecerlo. De hecho, especialmente entonces —Él niega con la cabeza, cuestionándose—, no puedo imaginar que no me guste alguien así.

—Supongo que no te conoces tan bien como crees que lo haces en este momento —murmuras después de un minuto. La forma en que él te mira contemplativamente te hace sentir extrañamente desnuda y no de una manera divertida. En lugar de mirarlo a la cara, tomas el rollo de vendas y te punes a trabajar envolviendo una tira alrededor de su cabeza—. Cuando recuperes tus recuerdos, te avergonzarás.

Él se relaja cuando aseguras el vendaje y tomas el desinfectante. Sus ojos te seguían mientras presionabas ligeramente el corte en la mejilla de Adrien con una toallita antiséptica. Te retiras unos minutos más tarde, después de haber colocado curitas en todos los raspones visibles que podías ver en los brazos y la cara.

—Listo —dices, más para llenar el silencio que cualquier otra cosa y te ocupas de volver a poner todo en el botiquín de primeros auxilios, cuando un toque en el dorso de su mano lo hizo saltar.

Adrien te mira con una sonrisa

—Como dije. Eres amable —Hace un gesto a sus vendajes y tú ignoras la calidez de su mano.

SOFT FOCUS, chat noirWhere stories live. Discover now