*Extra*

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Punto de vista de Rubén
Y así, señoras y señores, hice una cagada monumental.
Justo en el momento en el que Andrea se acercó a nosotros, se me paró el corazón.
A pesar de que estaba seguro de que nos había visto, su semblante permanecía sereno, y su voz no tembló al despedirse de mí.
Sin embargo, pude apreciar lágrimas en sus ojos. Al igual que querían salir de los míos.
Cuando se dio la vuelta, abracé con fuerza el cojín y quise salir corriendo detrás de ella para explicarlo todo lo ocurrido, pero Sara me agarró del brazo con fuerza, impidiendo que me pudiera ir.
-Déjame, tengo que...-protesté mientras observaba la figura de Andrea alejarse. Tan pequeña, tan delicada... Y le había roto el corazón. De nuevo. Por un error.
No podía dejar que se fuese sin al menos saber la verdad. Que me mandase a la mierda, pero que me escuchase por lo menos.
-¿Quién es y por qué te ha dicho eso?-me preguntó alterada.
-Sara, déjame.-murmuré mientras me zafaba de su agarre.-Es un tema que no te incumbe, así que...
No pude terminar la frase, puesto que un Mangel enfurecido se acercó a nosotros y me dio una colleja, excediéndose de fuerza.
-¡Ay!-me quejé mientras me frotaba la nuca.
-¡¿Pero tú eres gilipollas o te caíste al nacer?! ¡¿Cómo te atreves a hacerle daño otra vez?! ¡¿Acaso tienes idea de lo mucho que te quiere esa chica?!-gritó realmente enfadado.
Enmudecí ante sus palabras. Pocas veces le había visto así, con el ceño fruncido, la vena del cuello hinchada y las manos apretadas en puños.
-¡¿Pero quién es esa cría?!-exclamó exasperada la chica que tenía al lado.
-¡He dicho que te calles! ¡Vete a lamerle el culo a otro ya!-le grité, sin querer ya controlarme. Se me había ido de las manos y quería arreglarlo ya, pero la presencia de esos dos humanos me impedía arreglar nada.
Sara me miró con las cejas alzadas, aparentemente herida. Pero ya me daba igual, sólo quería a Andrea.
-Déjame en paz, no me gustas.-solté sin piedad.-Solo he quedado contigo estos días por pena, aquella noche estaba muy borracho y por eso me acosté contigo, pero no quiero nada más. Siento haberte hecho falsas ilusiones, pero tampoco quería ser el típico cabrón que te deja plantada, ¿sabes? Lo siento.-me volví a disculpar.
Bebí demasiado esa noche, nunca había estado tan borracho. Me di cuenta del error que había cometido demasiado tarde, cuando me desperté. La culpa me carcomía por dentro, Andrea no se merecía nada de esto.
Quizás no me merecía a Andrea y la vida me lo había enseñado a las malas.
Sara ahogó un grito, sin saber qué decir. Me sentía realmente mal por ella, pero no quería que se entrometiese más en mi vida.
Con lágrimas en los ojos, me pegó una bofetada muy fuerte que me dejó casi sin aliento y se dio la vuelta corriendo.
-¡Pedófilo de mierda!-exclamó antes de mezclarse con la gente.
Suspiré abatido y, cuando pensaba que podía ya ir tras Andrea, mi amigo me detuvo.
-Ni se te ocurra ir detrás de ella.-advirtió con los ojos clavados en los míos.
-Pero quiero explicarle...-comencé, pero me interrumpió.
-No. Ya es demasiado tarde, Rubius. El daño está hecho, y te juro que jamás me habría esperado algo así de tu parte. No solo has decepcionado a Andrea, si no a mí. Estarás contento, ¿no?
-Estaba muy borracho y...-traté de justificarme, pero sabía de sobra que tenía razón. Me había dejado llevar sin pensar en las consecuencias. Y eso nunca acaba bien. Por mi culpa había perdido a alguien que era muy importante para mí, y probablemente para siempre.
Ahí fue cuando me derrumbé del todo. Me abracé con fuerza a Mangel sin soltar el cojín que con tanto cariño me había hecho Andrea.
Él al principio parecía negarse a mi abrazo, pero al final accedió y me rodeó con los abrazos.
-Soy un gilipollas, tío...-murmuré sin poder creerme lo que había hecho.
-Sí, sí que lo eres. Pero no puedes cambiar.-admitió. Si lo que pretendía era animarme, no lo estaba consiguiendo.
-¿Puedes... Al menos... Explicarle por qué lo he hecho? Ella no me va a escuchar...-supliqué.
El chico dudó.
-No sé si querrá mantener el contacto.-dijo finalmente. Tenía razón, lo más probable fuese que se alejase del mundo youtuber, al menos por un tiempo.
Y fue lo que hizo.
-Pero la conozco lo suficiente como para saber que te perdonará, antes o después.-dijo con mucha convicción.
No respondí. Simplemente me separé de él y le supliqué con la mirada que nos fuéramos, pues algunas personas nos estaban mirando de forma curiosa.
Él asintió y, rodeándome con un brazo, me ayudó a comenzar a caminar, con el cojín estrechado en mis brazos.

*****

Bueno, pues eso. Andrea no volvió a hablarme y no quise molestarla. Ya le había hecho suficiente daño como para andar recordándoselo cada vez que le mandada un mensaje.
Era definitivo, jamás volvería a verla, mucho menos sentir sus labios sobre los míos.
Los primeros meses Mangel me mantenía informado sobre ella, pero acabó perdiendo el contacto, puesto que la chica aun seguía demasiado dolida como para hablar con mi mejor amigo.
Y así es como puede cambiar tu vida de un momento a otro.
Basta un simple error para sumirte en una espiral de mala suerte y desgracia.
No había día que no me arrepintiera, ni día que no me echara la culpa por haber dañado a aquella chica tan bella, por dentro y por fuera.
Aquella chica que me había salvado la vida. Aquella que me ayudó a recuperar a mi madre. Aquella que me salvó de Wouter. Aquella que estuvo siempre a mi lado. Aquella que siempre era capaz de sacarme una sonrisa.
Porque ella era la prueba de que en el amor no importa la edad. Pero, al igual que en cualquier tipo de relación, hay cosas que no se pueden perdonar.
Como las que hice yo.
Pasados ya 2 años, conocí a una chica y me enamoré de ella. Fuimos muy felices, pero nunca fui capaz de olvidar a aquella de pelo rizado y rubio que me contagiaba su risa.
Nunca llegué a sentir algo con esa chica como con Andrea, lo que llevó a que rompiéramos hace un mes.
Ahora estoy en Noruega. Quiero alejarme ya de todo, estar con mi familia y encontrar un nuevo trabajo.
YouTube ya no es lo que era antes. Cada vez estoy más convencido de dejarlo. Me ha dado cosas y experiencias muy buenas, pero ya sabía que esto acabaría antes o después. Y ha llegado ya el momento. Suficiente suerte había tenido ya con durar tantos años.
Me daba muchísima pena dejar a tanta gente, pero no podía seguir así, no me encontraba ya a gusto delante de una cámara.
Al menos sí sé una cosa. Que Andrea me ha perdonado.
En mi último vídeo, vi un comentario entre todos los miles que había:
"Gracias por todo, Rubén. Ahora soy feliz y espero que lo seas. Me enseñaste a ser fuerte y te debo mucho. Ojalá te vaya bien la vida. Atentamente: Furby"

No tengo ni idea de cómo pude toparme con aquel comentario, pero...
Si ella es feliz, yo también.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2015 ⏰

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La revolución (ElRubiusOMG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora