Capitulo 2

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Narra Charlotte

Al llegar a casa pude ver la luz encendida de la cocina. Dejé mis cosas sobre el sillón de la sala y me dirigí hacia allí.

Charlotte: Hola, lindura -sonreí al verla sentada en la mesa comiendo ositos de gomitas.

Lisa: Siéntate, mujer -la obedecí y miré su expresión seria por unos segundos hasta que comenzó a hablar- ¿Me dirás dónde estabas?

Charlotte: Estaba en una cafetería -reí

Lisa: Pues, qué rico -sonrió- pero necesito contarte algo sin que te desmayes -rió

Charlotte: Habla ya

Lisa: Thomas ha vuelto a Londres -sonrió- y..compré unas entradas para ir a verlo, a él y a todo el cast de Maze Runner en diciembre (estábamos en noviembre)

Charlotte: ¿Enserio? -pregunté emocionada, ella asintió con una sonrisa- ¡Ay, Dios mío! ¡Te amo! -me levanté de la silla y corrí a abrazarla

Lisa: Bueno, bueno, ya sabes lo que pienso acerca de los abrazos -reí y la solté- mejor

Charlotte: Hablando de cosas que hicimos hoy..¿Cómo te fue con tu madre?

Lisa: Tuvimos una pequeña discusión -susurró

Charlotte: ¿Y eso?

Lisa: Parece que no le gustó que gastara mis ahorros por los chicos, pero cómo sea, estoy feliz de haberlo hecho -rió- ¿Y tú? ¿Algo interesante?

Por un momento pensé en contarle del lindo chico que vi hoy en la cafetería, pero sabía que iba a desesperarse y pensar que era un asesino en serie, aunque puede que tenga razón, no le vi más que un mechón de cabello y su pequeña nariz.

Ahora que lo pienso, esa nariz me parecía conocida de algún lado, no es muy común ver una tan pequeña como la de Lisa por aquí.

Lisa: ¿Charlotte? ¿Sigues viva? -pasó una mano por mi cara distrayéndome de mis pensamientos

Charlotte: Sí, lo siento -sonreí- La verdad, mi querida amiga, no he visto ni hecho nada interesante hoy, además de las tareas que nos han asignado, que por cierto, ya terminé -ella rió

Lisa: Eres como la estudiante perfecta, lo cual es bueno ya que no molestas cuando necesito estudiar reímos- ¿Quieres? -yo negué, estaba llena- Bueno, ésta es mi cena, pero si tienes hambre está la pizza que comimos ayer a la noche en la heladera -me guiño el ojo y salió de la cocina para dirigirse, según supongo yo, a su habitación.

Me quedé sentada unos minutos y luego me levanté, apagué todas las luces de la casa y me dirigí a mi habitación pensando aún en el chico de la cafetería. Algo en él me hacía querer hablarle y conocerlo, pero mi mente decía que podía ser peligroso.

Me acosté en mi cama mirando el techo y decidí cambiarme, estaba muy cansada y mañana tendría que volver a la universidad y prepararme para dar nuevamente el examen que di mal.

De mi armario saqué unos pantalones largos sueltos a cuadros, junto a una remera blanca de mangas cortas lisa y me cambié, dejando la ropa sucia en un canasto que estaba al lado de mi armario.

Antes de acostarme nuevamente apagué el celular y lo dejé cargando.

Narra Thomas

Cuando la vi salir por la puerta de la cafetería pude ver cómo me sonreía. Algo dentro de mi quiso seguirla para ver hacia dónde iba, pero pensaría que soy un loco, y más vestido así.

Luego de unos minutos de procesar lo que acababa de pasar pagué la cuenta y me encaminé hacia mi auto.

Mañana volvería, tenía la esperanza de volver a encontrarla y seguir admirando su belleza. Es muy estúpido y hasta gay hablar así, pero esa chica sacó un lado desconocido en mí y estaba seguro de lo que quería ahora, la quería a ella, para tenerla a mi lado y poder admirar su sonrisa todos los días.

Volví a mi departamento, pero la puerta estaba abierta.

Thomas: ¿Qué..?

-¡HOLA! -gritó alguien atrás mío haciendo que saltara del susto

Thomas: ¿Dylan? ¿Qué haces en mi casa?

Dylan: Sé que no avisé, pero Ki no quiere que me quede con él esta noche porque no me soporta -se encogió de hombros y sacó de su bolsillo una barra de cereal. Fruncí el ceño y entrecerré los ojos.- Ah, la saqué de tu cocina -explicó con la boca llena luego de cerrar la puerta y desvanecerse por el pasillo.

Thomas: Lo que me pregunto es cómo entró -susurré para mí mismo mirando el suelo

Negué con la cabeza y entré a mi habitación. Eran las 10 de la noche y yo no había cenado, bufé y fui a la cocina. 

Miré en la heladera pero estaba vacía. Volví a entrecerrar lo ojos y la cerré fuertemente.

Thomas: ¡DYLAN!

Dylan: ¿Sí? -apareció su cabeza por la puerta

Thomas: ¿Y la comida?

Dylan: Tenía hambre -se encogió de hombros y desapareció

Thomas: Ahora entiendo a Ki

Dylan: ¡Te escuché! -gritó desde vaya a saber dónde

Thomas: ¡Ésa era la idea! -respondí

Abrí el grifo y me refregué la cara con agua. Esta iba a ser una larga noche, y si les soy sincero, no creo que eso sea bueno.

-AL DÍA SIGUIENTE-

Dylan: ¿Thomas? -preguntó mientras me sacudía por los hombros

Thomas: ¿Qué quieres, Dylan? -pregunté frustrado

Dylan: Voy a volver con Ki

Thomas: Gracias al cielo

Dylan: Qué malhumorado -rió y yo sólo sonreí, no podías enojarte con él

Thomas: Saluda a Lee de mi parte -él sólo asintió y salió de mi habitación

Me giré para ver la mesita de luz, eran las 11 de la mañana, genial. Fui hacia el baño y me duché.

Narra Charlotte

Lisa: Vamos, Charlotte, llegaremos tarde -gritó

Charlotte: Lo siento -grité mientras terminaba de lavarme los dientes y bajaba las escaleras- Ya estoy lista -agarró las llaves del auto

Lisa: Entonces vayámonos

Salimos por la puerta principal y con el auto nos dirigimos a la universidad. Miré mi reloj, las 10 de la mañana. Estoy segura que hoy va a ser uno de los peores días de la semana.


Café? |Thomas Sangster| tbsWhere stories live. Discover now