Pov Noah Clark
Había sido una semana estresante. Después de la pelea que tuvo Jasmine, necesitaba un descanso. Había sido su chofer privado para llevarla a sus visitas al médico. Y necesitaba tomar un descanso. Tal vez uno eterno, que me ayude a aclarar mis ideas.
Por otro lado; las citas con Alisson comenzaron a ser más frecuentes. Dejaron de ser encuentros muy planeados a ser un encuentro espontáneo. Uno donde ella me invitaba un helado o yo la dejaba en su casa. Cada día las cosas se ponían más serias.
Los besos comenzaron a ser cada vez más regulares, parecían ya una necesidad. Nos saludábamos y despedíamos con un beso. Incluso por nada ella me regala un beso, y después me mostraba su timidez con una sonrisa.
Estar con ella se había vuelto una rutina pegadiza. Algo que hacía de manera inconsciente.
Hubiera estado más tiempo pensando en la chica pelirroja de ojos verdes, pero la voz de la aerolínea interrumpió mis pensamientos anunciando que los pasajeros del vuelo 624 tenían que abordar. Sacudí un poco mi cabeza para tratar de despejarla de los pensamientos que, anteriormente estaban tomando toda mi atención.
Tomé mi mochila y me encamine hacia la cafetería. Saqué mi celular y no tarde en recibir un mensaje ya esperado.
Ricitos de oro 🧸:
¿Ya estás ahí?
Sesos de algas 🌊:
Si, aquí te espero.
Guarde mi celular y me senté en una de las mesas que están cerca de la puerta. Esperando verlo cuando llegara. Al paso de unos minutos pedí un Ice Coffee para esperar al chico, que seguro estaría llegando. Y no estaba equivocada, cuando tomé el primer sorbo de mi café, lo vi a lo lejos. Con su cabello rubio ondeando con el viento. Sus mejillas algo rojas por el frío que, seguro había hecho en el avión. Él pasó su mano por su cabello, y no tardo en sonreír al verme.
No dude en correr hacia él y atraparlo en un abrazo fuerte. La fragancia de su característico perfume caro, inundó mis fosas nasales en cuestión de segundos, y él no tardó en devolverme el abrazo con la misma intensidad que yo había mostrado.
—Veo que me extrañaste todo este tiempo.— Lo áspero de su voz me atravesó por cada nervio de mi cuerpo, parecía algo irreal tenerlo frente a mi. ¿Cómo le explicaba a mi sistema nervioso que mi hermano solo estaba de visita y no que un tigre me estaba persiguiendo?—Noah, ¿Estás bien, pequeña?
Mi rostro, que estaba hundido en su pecho, se elevó para poder tener un mejor panorama de su rostro. Sonreí al entender que, en verdad él estaba allí, y él instintivamente lo hizo. Fue casi como una acción automática.
—Estoy mejor ahora que estas aquí, ricitos de oro.
Él soltó un risa que podría pasar desapercibida, para luego acercarse a la mesa donde, donde anteriormente estaba yo. Tomó un sorbo del café que había dejado en ella y de inmediato puso una cara de disgusto.
—Te sigue gustando el café helado.— Preguntó, aunque sonó más como una afirmación.— Qué desperdicio, sesos de algas.
—¿Algún día dejarás de llamarme así?
El fingió pensar bastante la respuesta, mientras iba a la barra y pagaba mi café. Después inclinó su cabeza hacia un lado con una sonrisa arrogante, como el que ya sabe que ganó una discusión.
—¿Algún día te dejará de gustar Percy Jackson?— Le rubio frente a mi frente a mi me permitió ver por más tiempo su sonrisa santurrona la ya saber la respuesta. Cuando negué el asintió— Exacto. Ahí tienes tu respuesta.
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Invisible String
Любовные романы"And isn't it just pretty to think. All along there was some Invisible String tying you to me" El hilo rojo conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo podrá estirarse, enredarse...
