parte iv

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Louis sabía que se había equivocado. Lo supo incluso mientras estaba gritando, haciendo la mejor escena de su vida y a la persona que menos la merecía. No porque el anuncio de Jay fuera en sí bueno, pero tampoco era lo peor que le había pasado: Dan estaba bien, las chicas lo adoraban e iban a casarse de todos modos así que iba a mudarse con ellas tarde o temprano. Sobre todo, ayudaría en las finanzas de la casa, lo que era sencillamente genial considerando que Louis quería estudiar el año siguiente una vez que terminara la escuela.

Lo más importante de todo es que Jay lo quería y él a ella. Eran geniales juntos. Louis había notado las miradas silenciosas, las sutiles muestras de amor, los mensajes de buenos días aún dos años después de haber empezado a salir.

En vez de pensar en todo eso, de felicitarlos y darle su bendición —que era lo único que su mamá pedía—, dijo:

—¿Dónde estaba él cuando realmente lo necesitábamos? Es fácil mudarse ahora que tenemos con qué pagar las cuentas. Si ibas a casarte con alguien por interés al menos lo hubieses hecho antes —y la conversación había terminado otra vez con un montón de lágrimas y un cachetazo helado en su mejilla.

Jay la miraba con tristeza y desesperación, y Louis tenía ganas de salir corriendo, escaparse de su casa y del tiempo.

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En vez de disculparse, tomó unas tijeras y se cortó el cabello en el baño: bien corto arriba y apenas hasta la nuca detrás de las orejas. Era desprolijo y no le sentaba muy bien, pero cuando se miró al espejo estuvo varios minutos sonriendo, antes de finalmente largarse a llorar.

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Buen día, princesa xx

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—Jesús, Lou —murmuró Niall al entrar a la alcoba, una vez que ella cerrara la puerta. Se calzó las pantuflas de pata de oso, que eran sus favoritas y se agachó para secarse bien fuerte el cabello, empapado por la lluvia—. Eso fue duro.

—¿Qué? —respondió secándose casualmente la cabeza, como si no supiera de qué le hablaba—. Lo bueno del pelo corto es que es súper cómodo...

La rubia levantó la mirada y arqueó las cejas, con expresión de: no me trago tu intento de cambio de tema.

—Lo que le dijiste a Dan. Él sólo se ofreció a prepararnos unas tazas de té...

Puso los ojos en blanco y se sentó en la cama para calzarse también ella las pantuflas que habían quedado allí desde la noche anterior: eran dos enormes hamburguesas, abrigadas y acolchadas, que su amiga le había dado en su cumpleaños.

—Daniel es un hombre grande, puede soportarlo —balbuceó.

—¡Pero fue rudo! E innecesario...

—¿Quieres una camiseta seca? —Louis se levantó y la rubia asintió suavemente con la cabeza, sin perder la expresión regañona.

—¿Pelearon hoy?

—No. No peleo con Daniel —Su teléfono sonó otra vez, así que después de pasarle la camiseta de súper-chica (que se veía tan bonita en los senos redondeados de su amiga) tomó la de Bob Esponja y se sentó en la cama.

Era una foto de un gato envuelto en una toalla y empapado, con cara de pocos amigos. Dusty siempre tenía cara de pocos amigos. Olvidamos entrarlo antes de irnos esta mañana :p

—Es Dan, Lou. Siempre lo llamaste Dan.

—Bueno, lo llamo Daniel ahora. ¿A ti qué te importa? Intento dejar claro un mensaje.

—¿Qué mensaje? —Niall se cruzó de brazos frente a ella, con la mirada expectante, así que tuvo que guardar el aparato sin responder el mensaje antes de que se lo quitara de las manos.

Lo dejó en el colchón y se quitó la camisa mojada, dejándola caer en el piso. Estaba helado. Horriblemente helado. Sentía la piel de gallina y la mirada de Niall la retaba a responder. En seguida se envolvió con la camiseta de Bob Esponja y se refregó los brazos para darse calor.

—Que no es bienvenido aquí...

Esta vez fue la rubia la que puso los ojos en blanco, y, okay, a Louis solía llenarla de orgullo verle ese gesto —porque era suyo y era lindo cuando Niall llevaba cosas suyas—, pero esta vez se sintió raro. Incómodo.

—Eso es tan estúpido —murmuró para sí, y se dio la vuelta para cambiarse la camiseta también.

Louis aprovechó para tomar el celular: Dusty es mi espíritu animal, lo juro. Tengo la misma cara y estoy empapada!!

Dios. ¿Desde cuando sabía el nombre del gato de Harry?

—Eres tan... Estás siendo tan estúpida, Lou —suspiró Niall y se sentó a su lado en la cama.

—¿Por qué? ¿Porque tengo una opinión sobre la gente que se muda a mí casa?

¡Las vi desde el auto cuando mamá me pasó a buscar! Cámbiate, o agarrarás un resfrío :o

—¡No! ¡Porque...! —respiró hondo y se giró a verla.

Louis podía sentir sus ojos claros sobre ella mientras tipeaba el mensaje, así que lo hizo doblemente lento para enfadarla un poco más: Podrías habernos traído >:(

Dejó el teléfono y Niall finalmente suspiró:

—Porque no es siquiera tu opinión. Estás siendo difícil porque sí.

—Bah... ¿Qué sabes tú?

Bip-bip: Estaban a una cuadra de tu casa!

—¡Lo que tú me dijiste! Que tus hermanas lo adoran, que te llevas bien con él, que "que suerte que mi mamá no esté saliendo con un idiota esta vez" —dijo lo último haciendo una imitación muy poco favorecedora de ella.

Llegó un segundo mensaje de Harry: Además la última vez que te hablé cara a cara apenas me respondiste, (era cierto, no importaba cuán amistosos fueran los mensajes con Harry, apenas si se saludaban en la escuela), asumí que lo nuestro era una relación virtual.

Touché, respondió.

—¿Puedes dejar el celular dos segundos? —Niall la miraba con hartazgo.

Louis arqueó las cejas y lo dejó con un gesto bastante brusco entre ellas en el colchón.

—Lo que quise decir es qué sabes tú de cómo es mi vida. Tú eres una niña rica con los padres casados y que no sabe ni lavar una puta servilleta —explotó. Tenía las mejillas rojas de vergüenza y bronca, pero también la garganta prendida fuego y el corazón latiendo bien fuerte—: vete a la mierda.

Los ojos cristalinos de Niall estaban bien abiertos, y después de parpadear frunció el ceño en un gesto entre confundido e indignado. Abrió la boca para decir algo, pero en vez de escucharla Louis tomó el celular del colchón que había sonado: Cuando quieras llevar la relación al siguiente paso sólo avísame :p

Louis sonrió, y cuando levantó la mirada, Niall meneó la cabeza de lado a lado y se fue, llevándose sus palabras y la remera de super-chica.

mad sounds, in your ears / girl!lourryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora