De imbéciles y planes malvados

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Aun con los ojos cerrados estiro mi brazo tratando de encontrar mi celular, que suena malditamente fuerte ¡Dios, recuérdame matar a quien sea que se le haya ocurrido llamarme tan temprano en vacaciones!

Cuando lo encuentro y contesto lo primero que escucho es un sollozo de parte de mi amiga.

—Si...sis...sister— dice en medio del llanto— ¡soy tan estúpida!— comienza a llorar desconsoladamente.

—Lina, tranquila, dime que paso— ella se calma un poco con mis palabras.

— Es que George...yo...— vuelve a sollozar— ¿puedo ir a tu casa? Ahí te cuento— dice limpiándose la nariz, yo acepto, y luego de que me dijera que vendría en unas horas finalizo la llamada.

Lina y yo tenemos la costumbre de llamarnos "sister" la una a la otra, ya que con el tiempo nos habíamos vuelto como hermanas, y si los chicos podían llamarse "brother" o "bro" y esas cosas ¿Por qué las chicas no podríamos decirnos "sisters"?

Después de vestirme, ordenar un poco mi habitación y almorzar, le dije a mi mamá que Lina vendría en un rato, pero justo en ese momento golpean la puerta, Lina entra y lo primero que hace es abrazarme y largarse a llorar, yo solo le correspondo tratando de calmarla, porque al no saber el motivo no se me ocurre que decir.

— Tranquila sister, respira, cuéntame qué paso— dije lo primero que se me vino a la mente luego de pasar un buen rato abrazadas mientras nos sentábamos en el sillón grande de la sala.

— Yo... él... nos acostamos y...— yo abro mis ojos como platos y limpio una lagrima que se resbala por su mejilla, luego de asentir para que continuara— luego él me dijo que era una zorra fácil y estúpida, que había caído en su trampa muy rápido, y se fue, me dejó ahí tirada en la cama, medio ebria, desnuda y con el corazón partido— hace una pausa para respirar y tratar de contener las lágrimas— y luego, por la tarde lo vi... con ella, se besaban, él le dio flores ¡se veían tan felices!­­— y vuelve a llorar, esta vez solo la abrazo, no intento decir algo porque sé que necesita desahogarse.

Luego de bastante tiempo de ver a Lina llorar desconsoladamente una idea cruzó mi mente, debía hacer algo para mejorar su ánimo inmediatamente, y que mejor que una noche de chicas para eso.

—Hey, Lina, tengo una idea, ¿Por qué no le digo a las chicas que vengan? Podremos comer, ver películas y bailar para pasar las penas— digo dulcemente, tratando de que mi amiga no volviera a llorar. Ella solo asiente y limpia su nariz, yo inmediatamente tomo mi celular e ingreso a nuestro grupo de whatsapp.

Club de perras

Alisha: Nenas, pijamada de emergencia, las quiero a todas en mi lugar en una hora, traigan todo el odio hacia el género masculino que puedan reunir, y comida, mucha comida, en especial chocolate, la que llega tarde será torturada.

Beth: ¿Qué pasó?

Alisha: George.

Camille: Oh...entonces yo llevaré helado.

Beth: yo pongo el chocolate, muuucho chocolate.

Vanessa: yo pagaré la pizza esta noche.

Lilly: bebidas y papas fritas.

Alisha: está bien, apresúrense, enserio, o serán malditas con una vida entera sin follar.

Al parecer todas temieron a la maldición ya que cuando faltaban cinco minutos para que se cumpliera la hora llegaron todas juntas.

—¡Já! Las he pillado, adolecentes promiscuas— digo moviendo la cabeza fingiendo estar indignada— les mencionan el sexo y parten corriendo, hasta se ponen de acuerdo para llegar— me largo a reír— vengan, Lina está en mi habitación, le dije que tomara una siesta, la pobre estaba cansada de tanto llorar, además no creo que durmamos mucho.

Cómo ser una rompe corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora