Capitulo 10

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T/n ya estaba completamente recuperada. 
Después de tantos días en cama, finalmente podía moverse libremente sin sentir que se iba a desmayar en cualquier momento, se sentía bien,   demasiado bien. 

Por eso estaba en la cocina, tarareando suavemente mientras mezclaba los ingredientes de los postres que les debía a Kanato , hornear le daba una sensación de tranquilidad , era mucho mejor que estar en cama sin hacer nada o lidiar con los impredecibles hermanos Sakamaki. 

Mientras batía la mezcla, un delicioso aroma comenzó a llenar la cocina, envolviendo el ambiente en un dulce perfume, y como si fuera llamado por el mismísimo olor, Kanato apareció en la puerta, T/n lo sintió incluso antes de verlo, un escalofrío recorrió su espalda, pero se obligó a mantener la compostura.   

Kanato:Hmm… qué buen aroma… —la voz de Kanato sonó melosa, como un niño esperando su caramelo favorito. 

T/n volteó ligeramente y lo vio acercarse con una sonrisa perturbadoramente dulce, abrazando a Teddy contra su pecho. 

T/n:Buenos días, amo Kanato. 

Kanato:¿Buenos días? No lo creo. Han pasado demasiados días desde que prometiste hacerme postres… — Kanato ladeó la cabeza, su tono adquirió un matiz de reproche. 

La joven tragó saliva. 

T/n:Lo siento mucho… ya sabes que estuve enferma. 

Kanato frunció el ceño y abrazó más fuerte a Teddy. 

Kanato:Sí… eso fue muy molesto. 

T/n:“Todo les parece molesto a estos vampiros…”

La joven soltó un suspiro y le sonrió suavemente.

T/n:Pero ya estoy bien y cumpliendo mi promesa, estarán listos en unos minutos .

Le sonrió mientras metía los moldes al horno. 

Kanato la observó en silencio por un momento, sus ojos lilas brillando con un extraño resplandor. 

Kanato:Me aseguraré de que así sea… 

T/n sintió un escalofrío ante la forma en que lo dijo. Pero fingió no notarlo y se concentró en limpiar un poco mientras el postre se horneaba , Kanato, en cambio, no se movió de su lugar, se quedó allí, mirándola fijamente con una sonrisa inquietante en los labios, el silencio se volvió pesado, incómodo. 

Finalmente, Kanato rompió la quietud. 

Kanato:Oye, Muñeca… 

T/n:¿Sí? 

Kanato abrazó a Teddy con más fuerza y sonrió de manera escalofriante. 

Kanato:Si vuelves a enfermarte y me dejas sin postres… te aseguro que me molestaré mucho contigo. 

Su tono era dulce, pero la amenaza era clara. 

T/n tragó en seco, sintiendo un nudo de nervios en su estómago. 

T/n:Entendido, amo Kanato… 

Kanato:Bien — asintió, satisfecho. 

Un ‘ding’ rompió la tensión, los postres estaban listos ,T/n rápidamente sacó los moldes del horno y los dejó enfriar un poco antes de servirlos. Kanato observaba cada movimiento con ansias, como un niño esperando su premio. 

Cuando finalmente tuvo un pastelito en sus manos, lo probó lentamente, saboreando cada bocado, sus ojos se entrecerraron con placer. 

Kanato:Delicioso… como siempre. 

•°•Una simple sirvienta •°• Where stories live. Discover now