Capitulo 3

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La mañana en la mansión Sakamaki comenzó con el ajetreo silencioso de T/n en la cocina. Se movía con precisión y rapidez, asegurándose de que cada plato estuviera en su punto exacto. Preparar el desayuno para seis vampiros y para Yui no era una tarea sencilla; más aún cuando ninguno compartía los mismos gustos. 

T/n:“¿Por qué simplemente no pueden ponerse de acuerdo en un solo menú…? ” — pensó con frustración mientras revisaba la cocción de cada platillo. 

Shu apenas comía, pero cuando lo hacía, prefería cosas ligeras. Ayato exigía su ración de takoyakis incluso en la mañana. Kanato no aceptaba nada que no fuera dulce, y Laito solía jugar con su comida más de lo que la disfrutaba. Subaru apenas se preocupaba por el desayuno, pero podía quejarse si algo no le agradaba. Y Reiji… él era el más exigente de todos. Todo debía estar perfectamente ordenado y presentado, sin margen de error. 

Se apresuró a limpiar un pequeño derrame de té antes de que dejara una marca en la encimera. Lo último que necesitaba era recibir una reprimenda por desorden. 

Finalmente, tras unos minutos de esfuerzo concentrado, los platos estaban listos. Se permitió un pequeño respiro antes de comenzar a llevarlos al comedor. 

Al llegar, encontró a algunos de los Sakamaki ya sentados. Shu, con su postura despreocupada, apenas alzó la vista cuando colocó su plato frente a él. Ayato miró con satisfacción su ración de takoyakis, mientras que Kanato examinó su porción de dulces con ojos críticos. 

T/n: Espero que estén a su gusto, amos — dijo con una leve reverencia antes de servir el té a Reiji con extrema precisión. 

Reiji tomó la taza y la llevó a sus labios, probando un sorbo. Hubo un breve silencio mientras analizaba el sabor. Finalmente, asintió con aprobación. 

Reiji: Al menos sabes preparar un té adecuado — comentó, aunque su tono seguía siendo severo. 

T/n no respondió, pero notó que Laito la observaba con su usual sonrisa pícara. 

Laito: Vaya, vaya, qué hermosa sirvienta tenemos. Me pregunto si también sabrías cómo hacer un desayuno especial para mí, cariño —murmuró en un tono insinuante. 

T/n mantuvo su expresión neutra. 

T/n: Su desayuno ya está servido, amo Laito. Espero que sea de su agrado. 

Laito soltó una leve risa y tomó un bocado, aparentemente complacido con la respuesta. 

Subaru llegó un poco más tarde que los demás y tomó asiento sin decir mucho. Aceptó su plato sin queja, aunque su mirada se posó fugazmente en T/n antes de centrarse en su comida. 

Yui, en silencio, observaba todo el intercambio. Había algo en la manera en que T/n manejaba la situación que le llamaba la atención. No parecía asustada ni incómoda, solo… acostumbrada. 

A medida que el desayuno transcurría, T/n permaneció atenta, lista para responder a cualquier petición.

Yui disfrutaba cada bocado de su desayuno, notando lo bien preparado que estaba. Era una sensación reconfortante en medio del ambiente tenso de la mansión. De vez en cuando, sus ojos se desviaban hacia T/n, quien permanecía de pie con una postura impecable, observando discretamente a los hermanos Sakamaki para anticipar cualquier petición. 

La idea de tener a otra humana en la mansión le traía un inesperado alivio. Ya no estaría completamente sola en ese infierno. Tal vez, solo tal vez, podrían ser amigas. 

El pensamiento llenó a Yui de una esperanza tímida. T/n parecía ser alguien fuerte, alguien que no se dejaba amedrentar fácilmente por los Sakamaki. Yui deseaba poder hablar con ella en algún momento, conocerla mejor, quizás compartir su angustia. Pero antes de que pudiera atreverse a decir algo, la voz de Ayato rompió su concentración. 

•°•Una simple sirvienta •°• Место, где живут истории. Откройте их для себя