CAPITULO 36
Cuenta Peter
Sabía que no estaba haciendo bien al gritarle de esa manera. Pero tenía que hacer que se fuera. Estaba muy molesto. Iba a matar al maldito de su ex.
Volteé, sin despegar al imbécil del árbol y observé como Lali se alejaba.
Peter:Sos un maldito desgraciado –dije molesto– ¡¿Cómo pudiste hacerle daño?! Ella es hermosa, tan especial. Es la mejor mujer que he conocido ¡¿Cómo diablos pudiste hacerle eso?!
Pablo:Te enamoraste vos también –aseguró con una maldita y cínica sonrisa–
Peter:Sí
Esas palabras solo salieron de mi corazón. Contesté con toda la sinceridad del mundo. Lo estaba. Estaba enamorado de Lali.
Pablo:Pues entonces sabrás que volví por ella –al parecer el tarado este quería que yo lo matara ahí mismo– No voy a dejarla ir. No permitiré que vos te quedes con un tesoro tan valioso
Peter:¿Acaso no valoras tu vida?
Pablo:Sí es por Lali, no me importa
Su nariz sangraba, pero no le hacía mal un ojo morado también. Con mi mano cerrada, lancé un rápido y fuerte golpe a su ojo izquierdo.
Peter:¡Anda golpeame! –le grité y solté su remera– Vamos, vení ¡Defendete maldita sea!
Me lanzó un puño, pero lo logré esquivar. Con mi brazo derecho, logré impactar su rostro nuevamente. Ahora tenía una ceja abierta.
Con su brazo izquierdo, logró alcanzar mi rostro y golpearlo, dejándome un buen golpe en mi labio. Me abalancé sobre él y comencé a golpear su rostro con mis puños cerrados, una y otra vez. Éste ya no hacía ningún esfuerzo por defenderse. Estaba tirado en el suelo y yo encima de él, golpeándolo. Estaba cegado por la furia.
¡El muy boludo había lastimado a mi chica!
Xxx:Peter, dejalo ya –dijo la voz de Nico–
Xxx:No cometas una locura man –lo siguió Agus– Tranqilo
Peter:Tenés suerte de que Agus y Nico te salvaron hijo de puta –dije mientras escupía su cara–
Éste a penas se pudo mover. Su cara estaba hecha una mierda al igual que mis nudillos. Pero no me importaba, él merecía cada golpe, por cada lágrima de Lali. Por las veces que en las que se cortó. Por haberla lastimado.
Peter:¡Y no vuelvas a acercarte a Lali! –le grité–
Salí rápidamente del patio del colegio. Ahora tenía que buscar a mi Esposito.
***
Cuenta Lali
Debo admitir que estoy asustada. Desde que Peter me gritó que me fuera, no he sabido nada de él ni de Pablo y ya van aproximadamente ocho horas. Sí, las conté.
Luego de dejarlo con Pablo, me fui del colegio. No voy a llamarlo porque estoy molesta con él. Yo solo quería ayudar a que no se metiera en problemas, pero me gritó, me dijo que me fuera.
Estoy en mi casa, acostada en mi cama y lista para dormir. Pero no consigo quedarme dormida. No puedo, necesito saber como está Peter.
Apago mi pequeña lámpara que se encuentra en mi mesa de noche y la habitación queda a oscuras.
