Capítulo 2.

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—¿¡QUÉ!? — Grita de tal manera que doy un respingo involuntario.

Asiento limpiándome las lágrimas.

—La familia Borbón va a venir en unas semanas, después de eso, con Mike nos tenemos que ir conociendo y asistir a eventos, convencer a todos que somos felices y que "nuestro amor" surgió de manera natural... — Recalco haciendo comillas con los dedos.

—Y, por último, casarse —Me interrumpe.

—Exacto, tenemos que decir que fue "amor a primera vista", que fue algo inevitable, para hacerlo más creíble – Cómo quisiera que así fuera, tal y como en los cuentos y películas.

—Esos hijos de perr... — Comienza a maldecir.

—¡Alice! — La reto antes de que termine — No debes de decir eso.

—Solo iba a decir, "que hijos de perrito caliente" — Intenta arreglarlo no muy convencida mientras hace una mueca.

—Sí, claro —Ella no logra engañarme, la conozco como si fuera la palma de mi mano.

—Como sea — Desvía la conversación a la vez que agita la mano para restarle importancia —, tienes que verle el lado bueno... él es un español, y a ti te gustan los españoles.

Me recuesto en mi cama boca abajo para seguir charlando.

—Pero prefiero casarme con Harry Styles — Respondo con un puchero.

—Ya sé, querida, todas le queremos dar duro contra el muro — Me río ante tal comentario —. Aunque, yo prefiero quedarme con mi sexy Adam Levine — Dice mientras se muerde el labio. Quién sabe qué clase de imágenes están pasando por su cabeza.

—Solo te gusta porque estuvo desnudo en uno de sus vídeos — La acuso aguantándome la risa.

—Qué puedo decir, ese vídeo de verdad me cautivó, uff — Suspira y se abanica con la mano.

—Eres demasiado pervertida y para nada pudorosa, Alice.

—Gracias, bebé — Responde guiñándome un ojo y finalmente las dos estallamos en carcajadas.

—Me gustó haber hablado contigo, lo necesitaba — Le digo con una ligera sonrisa. Realmente que con únicamente charlar con ella hacen que mi estado de ánimo cambie a uno mejor.

—A mí también, Rose. Sabes que siempre podrás... — Se detiene de golpe.

—¿Qué pasa? — Esto no me da buena espina, en serio.

—Tengo una idea — Me mira fijamente a la vez que comienza a surgir en su rostro una sonrisa tal como la del gato de "Alicia en el país de las maravillas".

«Oh-oh, esto absolutamente no es para nada bueno» Ya comienzo a lamentarme internamente de sus bizarras ocurrencias.

—¿Cuál? — Me atrevo a preguntarle, aunque por dentro esté muriendo de miedo.

«Por favor, que no sea ninguna locura, por favor, que no sea ninguna locura» Repito mentalmente a pesar de que sea inútil.

—Como ya sabrás, mi querida mejor amiga — Empieza diciendo—, en este momento, yo me encuentro en Francia...

—Sí, ¿qué pasa con eso?

—¿Cuándo, aproximadamente, vienen los Bombón?

—Borbón — La corrijo —. Y en unas dos semanas, según me comentaron... — ¿Por qué me pregunta sobre e-...? Oh, no.

—Pues, si me disculpas, debo retirarme e ir a comprar un pasaje de avión para dentro de dos semanas y recibirlos junto contigo.

—¿¡Qué!? No, no, no, no, Alice, no hagas eso...

—Besos, Rose — Se despide —. Nos vemos en catorce días.

—¡ALICE TODD, NO TE ATREVAS A CORTARM...! — Demasiado lento de mi parte, me cuelga la video llamada, dejándome con la palabra en la boca.

—Algún día de estos, le voy a tirar en la cabeza el florero del pasillo — Murmuro para mí misma. A veces es imposible lidiar con ella.

Y aquí estamos, dos semanas después, con mi mejor amiga que voló nuevamente a Inglaterra, esperando a la familia Borbón en frente de la gran entrada del palacio donde habito. Cabe comentar que se encuentra una marea de fotógrafos detrás de las puertas de metal que nos separa.

El clima, afortunadamente, en esta época del año es agradable, por lo cual Alice y yo nos arreglamos para la ocasión con unos vestidos sencillos; el mío es uno corto, a la altura de las rodillas, de color negro pero repleto de pequeñas flores blancas, y para complementar mi atuendo, un delgado cinturón marrón junto a un ligero saco del mismo color que el vestido. En cambio, Ally (el apodo de mi acompañante), lleva un vestido azul y más corto que el mío, lo cual es algo que se puede permitir al no tener que seguir el protocolo de la realeza, de color azul y con líneas negras a los cortados.

—Chicas, prepárense; ahí viene el auto con la familia Borbón — Nos avisa mi padre y yo inmediatamente tenso, pero mantengo mi usual buena postura.

Un largo suspiro es lo único que puedo disimular mientras preparo mi mejor sonrisa.

Casada Con El Príncipe PlayBoyⓒWhere stories live. Discover now