Cap.1 "Abby siempre estará con nosotros."

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- ¿Como te llamas?- Pregunté afligida, todavía no sabía quién era.

- Soy Marco.- Apareció una media sonrisa en su rostro.- Ella es mi hermana menor Gemma.- Me miró.- ¿Y tu?

- Soy Chloe.- Miré a Gemma, el comenzó a moverla lentamente y su llanto cesó. Los ojos de la bebé eran muy abrasadores, incluso creí caer en una ilusión óptica. Pero volví a caer en la cuenta de que no entendía lo que estaba pasando todavía. Parecía que cada segundo que pasaba, quedaban más cosas por comprender.

- ¿Donde estan tus padres?- Preguntó el. Lo miré. Corrí a la habitación de mis padres y allí chillé. Cuando Marco llegó, copió mi gesto y Gemma volvió a llorar.

Mis padres en el suelo junto a otras dos personas. Cubiertos de sangre y a la vez de sudor. Muertos.

Ambos comenzamos a llorar. No podía respirar. Sentí que me mareaba y me caía. Perdí las fuerzas y caí de rodillas al piso. Marco a mi lado solo abrazaba a su hermana.

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10 de diciembre. 2005.

- ¡Vamos Gemma! Tu puedes.- Reí y aplaudí. Le sonreía.

- No puedo.- Se quejó. Se cruzó de brazos e hizo un puchero con su boca.

Yo estaba sentada en la reposera del patio. Gemma jugaba con Marco a la pelota y ella no lograba sacarle el balón. El era un buen jugador. Ademas de que le llevaba dos cabezas y tres años.

- Solo intentalo.- La apoyó el. Ella corrió cerca de mi y tomó la escoba. La separó en dos partes y corrió con el palo hacia su hermano. Con el palo, le quitó el balón y lo metió en el arco.

- Oye, hockey no cuenta. Jugamos futbol.- Se secó el sudor de la frente. Ella solo rió y le sacó la lengua. Reí.

- La cena esta lista niños.- Llamó la anciana mientras corriamos adentro.

- Ya vamos abuela Abby.

Nos sentamos los cuatro a almorzar. Los guisos de la abuela eran los mejores. Bueno, no era exactamente nuestra abuela. Ella nos había encontrado caminando por la calle un par de días despues de la muerte de nuestros padres. Nos ofreció comida y estadía por una noche. Luego, le contamos todo lo sucedido. Abby nos contó que ya estaba algo vieja para hacer cosas como salir a comprar comida, ya que no podía con las bolsas, hacer las camas, barrer y limpiar la casa. Ella nos ofreció vivir allí con ella mientras que la ayudemos con eso.

Si, Abby apenas nos había encontrado, nos había enviado al jardín. (Solo a Marco y a mí, Gemma aún tenía solo dos años y se quedaba con ella.) Marco fue el primero en ir a la escuela. Se sentía orgulloso con el uniforme de su primaria, yo aun estaba en jardín porque tenía un año menos. Su hermana aun no ingresaba ni a jardín.

Recuerdo que la abuela nos enseñó el camino a casa y nos hizo recorrerlo ocho veces en un día para que lo recordaramos y asi poder volver solos del jardín hasta su casa. Nuestra casa.

Al parecer ella en su tiempo de juventud había tenido buen trabajo, ya que tenía mucho dinero. Y tenía que haberle alcanzado desde el momento en el que dejó de trabajar.

Si bien Abby no era nuestra abuela de sangre, definitivamente, había sido la mejor abuela que he tenido.

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24 de julio. 2008.

La abuela estaba tocando una dulce melodía en el piano. Parecía una canción de cuna. Marco estaba haciendo sus tareas de la escuela. Gemma estaba dibujando y coloreando. Yo solo me mecía hacia adelante y hacia atras en la vieja mecedora de Abby, con los ojos cerrados mientras escuchaba lo bien que tocaba el viejo piano.

- Solías tocarla apenas llegaste aquí. Hasta la cantabas. Pero eras muy pequeña, no recuerdo la letra.- Me sonrió ella.

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08 de abril. 2010.

Marco sollozaba. Yo lloraba mares. No hablaré de Gemma pero parecía que se le iba la vida en las lagrimas.

- Abuela, no te vayas.- Se le quebró la voz a ella mientras tomaba su mano.

- Ay querida.- Tosió.- Antes que nada, quiero que sepan algo. Esta casa, ahora es de ustedes. Marco, cuida de tus hermanas en todo momento.- El se secó las lagrimas con el puño de su manga y asintió autoritario.- Niñas, obedezcan a su hermano.- Marco y Gemma no eran realmente mis hermanos de sangre, pero habían crecido junto a mi y Abby nos tomaba como fraternidad.- Quiero que crezcan aquí. Que sigan yendo a la escuela. Que sean responsables, no solo por mi, sino por ustedes tambien. Que hagan lo que les gusta hacer. Marco, amas el futbol, por favor, entra en un equipo. Chloe, se cuanto te gusta la música, consigue un profesor. Gemma, serías genial compitiendo en hockey. Diviertanse entre ustedes. Se han tenido el uno al otro toda la vida y así seguirán. Encuentren el amor y no lo dejen ir, porque será lo mas hermoso que podrán tener. Quiero que sepan,- Suspiró.- que ustedes hicieron mis ultimos años de vida lo mas felices posibles. Gracias a ustedes amo mi vida. Y si, moriré ahora y me iré. Les mandaré un saludo a sus padres y les diré que los extrañanan y los aman. Seguro ellos me dirán lo mismo. Pero ahora quiero decirles, que mi vida no pudo haber sido mas feliz. Vivan felices y mueran felices.- Ahora los tres soltabamos lagrimas.

Ella solo cerró sus ojos y soltó la mano de Gemma, quien apretó la mano fría y sin vida en su pecho, esperando que volviera a agarrarla con poca fuerza como hace unos segundos. Pero los tres sabíamos que eso no pasaría.

Marco pasó las siguientes dos horas cavando un pozo en el patio trasero. El vecino, que era bastante gentíl, nos ayudo a mover el cuerpo muerto de Abby hasta el pozo. Se lo debía, ella siempre había sido gentíl en regarle las flores y darle un poquito de azucar o sal cuando el hombre no tenía.

Yo, más calmada, estaba abrazada a Gemma, quien aún lloraba. Marco estaba serio terminando de poner la tierra en su lugar. Pisó con fuerza para ver que nadie fuera a caer.

- Listo.- Dejó la pala a un lado.- Abby siempre estará con nosotros.

15 SecretosWhere stories live. Discover now