Cap.1 "Abby siempre estará con nosotros."

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01 de enero. 2002.

- Mira que buena nadadora eres, Chloe.- Sonrió mi mama mientras yo saludaba sonriente a su nueva camara.- Serás una excelente competidora.

- Mamá, ya tengo hambre.- Había estado nadando por unas tres horas bajo el sol, por supuesto que tenía hambre.

- Si, claro. John, las hamburguesas.- Habló mi madre mientras dejaba la camara sobre la mesita de allí.- Chloe, sigue nadando, la camara te filmará. Ya vuelvo.- Y se adentró en la casa llamando a mi padre. Volví a meterme dentro del agua.

Sin duda el agua era lo que mas amaba en la vida. Bueno, no es que halla hecho muchas cosas en mi vida. Pero me gustaba. Era mi unico pasatiempo. Me sentía libre cuando nadaba.

- ¿John?- Escuché la voz de mi madre desde abajo del agua.- ¡Oh Dios mio!- Creí que algo había pasado por lo que decidí salir. Volteé y heché un vistazo al interior de mi casa. No veía rastro de mi madre ni de mi padre. Subí por los escalones y me quedé allí parada.

- ¿Mamá?- Pregunté con la voz temblorosa. No era común que mi madre me dejara sola, menos sin avisar. No solía haber silencio en mi casa. Siempre había ruido. Si no era mi padre construyendo algo con madera, era mi madre limpiando o cocinando mientras cantaba animadamente.- ¿Mamá?- Repetí.

Sentí dos manos frías y duras chocar contra mi espalda. Caí sobre el agua y me hundí. Quise nadar a flote como sabía, pero no pude. Algo me lo impedía. Una mano, grande y pesada, me empujaba hacia lo profundo con fuerza. Me movía, pataleaba, daba manotazos, ni sabía a qué o a quien pero estaba desesperada por saber quien era el que me había empujado y obvio por respirar. El aire se me estaba agotando. No aguanté la respiración y tuve que respirar. Al hacerlo, solo conseguí tragar agua. Sentí el vacío en mis pulmones y de alguna manera, como el agua se iba filtrando en ellos.

Lo único que recuerdo es ver el sol brillar desde abajo del agua. Tan brillante y cálido. Yo tan oscura y fría. Despues de eso, todo se volvió negro.

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- Despierta, despierta.- Alguien me movió. Abrí los ojos rápidamente y me vi obligada a cerrarlos otra vez porque tenía el sol de frente. Me senté y abrí los ojos. Estaba en el patio de mi casa, junto a la piscina, un niño estaba a mi lado.- ¿Estas bien?- Preguntó. Lo miré. Se veía preocupado. Tenía unos pocos rulos castaños al rededor de su cara y ojos verdes. Tenía el rostro algo sucio.

Recordé lo último que mi mente pudo procesar y me alejé de él. Quiso matarme.

- Oye, tranquila. No voy a hacerte nada.- Dijo el con las manos extendidas hacia mi. Comencé a recordar y respiré entrecortadamente.

- Si, estoy bien.- Asentí. Vi la piscina a mi lado y me alejé de ella rapidamente.

- ¿Que ha pasado aquí?- Preguntó intrigado. ¿Quien diablos era y que hacía en mi casa? Entonces otro recuerdo más, volvió a mi cabeza.

- Mamá y papá.- Recordé. Corrí dentro de la casa y casi resbalo. Creí que era por el agua que tenían mis pies, pero cuando los miré, no era agua. Era sangre. Nauseas vinieron a mi y también al niño, que ahora estaba a mi lado.

Oí un bebé llorar. Busqué con mi vista y no veía nada. Mi vista se volvió nublada por las lagrimas, que tampoco supe cuando aparecieron. No entendia nada de lo que estaba pasando.

- ¿Gemma?- Preguntó el niño. Lo miré con el ceño fruncido. El bebé continuó llorando.- Gemma.- Dijo el llorando mientras subía las escaleras de mi casa como si la conociera, lo seguí a paso apurado. Se dirigió a mi habitación. En el piso había un pequeño bebé vestido de rosa. Tenía grandes ojos cafés y lagrimas en las mejillas.- Tranquila, estoy aquí.- Lo miré.

15 SecretosWhere stories live. Discover now