◄ Filter ► Yoonmin ♥ PARTE DOS - +18

Capítulo 5

Había arruinado la última oportunidad de su vida, mucho tiempo atrás pensó que ya no tendría más oportunidades y había terminado acostumbrandose a la permanente sensación de vacío que lo ensombrecía días tras día, pero había vuelto a probar sus besos, tocar su piel, observar sus ojos, sentir su calor, ¿qué se supone que debía hacer ahora? ¿Cómo se suponía que debía continuar su vida de esta forma?

-Vete a la mierda Jimin - murmuró con tristeza.

Tomó la botella de whisky y bebió un largo sorbo directamente de ésta, caminó hasta el baño y comenzó a llenar la bañera con agua caliente, mientras que desde el botiquín de medicamentos sacó un par de píldoras para la ansiedad, puso algunas en su boca...no supo cuántas, y las tragó con otro largo sorbo de whisky, solo necesitaba calmarse un poco, o al menos eso creía.

Fue en busca de sus cigarrillos ya comenzando a sentirse un poco mareado, tomó su teléfono y regresó al baño mientras encendía un cigarrillo, se introdujo en la bañera tal como estaba, el agua le llegaba ya casi hasta la cintura y continuaba subiendo. Cerró los ojos y apoyó la cabeza en la parte trasera, sintiendo como la mezcla del alcohol, las pastillas, el tabaco y el agua comenzaban a crear un efecto de adormecimiento general en su cuerpo y su sistema nervioso, de cierta forma reconfortante.

-Voy a dormirme aquí...y voy ahogarme... en esta puta bañera de hotel...vaya mierda...-murmuró lentamente sintiendo que su cuerpo flotaba y perdía totalmente el control - solo quiero despedirme de ti...- susurró mientras con gran esfuerzo llamaba al número desde el cual Jimin lo había contactado antes y le daba un ultimo largo sorbo a la botella antes de que ésta resbalara de su mano y cayera a un costado de la bañera con un estrépito que apenas notó.

Desde aquel momento en adelante todo se nubló completamente, y la espesa negrura que se había formado en su mente fue precedida por una serie de imágenes de su vida, desde pequeño, hasta los últimos recuerdos en donde consideraba que había sido feliz, los latidos de su corazón retumbaban en sus oídos cada vez de forma más lenta, pausada y lejana, ¿es así como terminaría todo?

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Jimin se había metido en la cama hacía solo un par de minutos cuando su teléfono comenzó a vibrar, reconoció el número de Yoongi y enfadado se volteó en la cama dándole la espalda a la mesa de noche, dispuesto a ignorar la llamada.

Había sido un completo estúpido al buscarlo, pero al verlo aquella tarde había perdido el control y no había podido quitarse de la cabeza la idea de regresar a sus brazos, sus besos. Con el tiempo había olvidado los motivos por los cuales había terminado la relación y solo recordaba lo bueno, pero el día de hoy había vuelto a experimentar lo oscuro y vengativo que Yoongi llegaba a ser, poseía un lado de su carácter que le causaba mucho daño y ya lo había vivido en varias ocasiones en el pasado.

La llamada al fin cesó y Jimin cerró los ojos suspirando de tristeza, cansancio, vergüenza... había sentimientos encontrados en su cabeza y sobre todo en su corazón, la había cagado, sí, sabía que Dominique sería el esposo perfecto, era atento, amable, lo cuidaba y lo mimaba, le estaba muy agradecido por todo...sin embargo...no era él...nunca nadie sería como él...

El teléfono volvió a encenderse y a vibrar en la mesita de noche, con un sollozo que ya no pudo soportar, Jimin se sentó en la cama y lo tomó entre sus manos.

-Qué quieres? – sollozó en la oscuridad.

-Despedir...me – escuchó al otro lado de la línea, la voz de Yoongi sonaba muy lenta y arrastrada, como si estuviera a punto de dormirse o de entrar en estado de inconsciencia – Yo nunca...nunca quise hacerte daño...eres mi...mi vida y...ya no quiero...ya no puedo...

-Yoongi? – Jimin comprendió la situación y se puso de pie y encendió las luces, comenzó a vestirse a toda velocidad – sigues ahí?! Yoongi?! – se calzó un par de zapatillas y salió corriendo del dormitorio para buscar las llaves del auto de Dominique. A toda prisa dejó su suite y apretó el paso hacia el ascensor, Yoongi no respondía, y sintió que nunca en su vida el ascensor había bajado 15 pisos de forma tan lenta, a pesar de que no había nadie más usándolo.

Llegó al estacionamiento sollozando y se subió al auto acelerando de inmediato, algo iba muy muy mal y la culpa no era de nadie más que suya.