◄ Filter ► Yoonmin ♥ PARTE DOS - +18

Capítulo 3

Yoongi apenas pudo asimilar qué diablos había pasado. Al abrir la puerta Jimin había entrado sin decir nada y ahora sentía sus calientes labios sobre los suyos. El impulsivo acto lo había tomado por sorpresa y lo había dejado en blanco, pero luego de organizar sus pensamientos reconoció aquel sabor, aquella suavidad, aquel aroma que solía ser tan familiar..."¿vas a quedarte ahí como estúpido sin hacer nada?" se reprendió a sí mismo, lo que tanto había anhelado por años, todas aquellas noches sin dormir pensando en él, se separó apenas y tomó el rostro de Jimin entre sus manos para verle a los ojos y asegurarse de que era real, no podía creerlo, pero comprendió que no era el momento de arruinarlo con palabras ni explicaciones que no quería oír, así que lo acercó a su cuerpo con furia desde la cintura y regresó a su boca, mordiendo sus labios y buscando su lengua con desesperación. Jimin le correspondía de la misma forma aferrándose a su cuerpo con necesidad, dejando salir todo aquello que le mantenía despierto por las noches.

Yoongi lo cargó y lo levantó un poco mientras Jimin entrelazaba sus piernas detrás de sus caderas y se dejaba llevar. Apenas separándose lo suficiente para respirar y ver hacia donde se dirigía. Depositó a Jimin de espaldas en el sofá y se posicionó entre sus piernas, tomándose un par de segundos para admirar su bello rostro, tan perfecto y hermoso como lo recordaba.

Jimin se perdió completamente en aquellos ojos oscuros que lo examinaban sin piedad, hace mucho tiempo que no los veía de esa forma, intensos y capaces de devorarlo con solo una mirada. Rodeó el cuello de Yoongi con sus brazos y lo acercó para besarlo mientras las manos del pelinegro se introducían por debajo de su ropa, acariciando su tersa piel para luego comenzar a desvestirlo.

Cuando ambos se encontraron desnudos Yoongi sintió una leve punzada de arrepentimiento, su lado racional aparecía en el momento menos indicado para recordarle que había sido Jimin quien había decidido terminar con su relación y le había dejado dolido por años, hasta el día de hoy...si este encuentro se trataba solamente de una noche y no volvería a verlo, ¿cuánto tiempo más seguiría recordándolo y añorándolo? pero...y si Jimin había vuelto para darle otra oportunidad, ¿la tomaría? ¿podría dejar de lado su ego y olvidar todo el dolor que le había causado?, si tan solo pudiera entrar en su cabeza y descubrir la verdad.

Jimin había notado cierta duda en el rostro de Yoongi, lo conocía bien, tan bien que decidió acercarse a sus labios sacando su lengua para lamerlos hacia arriba de forma provocativa.

-¿Ya no quieres tenerme? - susurró.

Yoongi entrecerró los ojos sin responder, y se apegó a su cuerpo y regresó a su boca besandolo de forma hambrienta y desesperada, posicionó su miembro en su entrada y se hundió en su cuerpo sin ningún cuidado, de cierta forma necesitaba que Jimin sintiera su agresividad, su frustración, que notara todo aquel tiempo en que se aisló del mundo y en el cual había perdido el interés por la vida misma. Todo aquel tiempo en donde trabajaba sin parar con la esperanza de sentir algo...algo que Jimin se había llevado el día que lo dejó. Jimin por su parte recibía cada una de sus profundas penetraciones con una mezcla de dolor y placer, en este momento de su vida no quería caricias, no quería ser delicado...sabía que en el fondo de su ser necesitaba la oscuridad de Yoongi, de la cual había huido ya una vez.

De súbito Yoongi se separó de su cuerpo y lo tomó de una mano para levantarlo del sofá, lo guió hasta la cama y se tendió de espaldas sobre ella atrayéndolo consigo.

-Ven aquí...-murmuró con voz profunda.

Jimin sin dudarlo se subió a horcajadas sobre Yoongi, acomodando sus muslos a ambos lados de sus caderas. Tomó el miembro del pelinegro y se acomodó sobre él, introduciéndolo lentamente, sintiendolo abrirse camino en su interior,apretó los ojos y ahogó un gemido para luego comenzar a moverse primero con cuidado, acelerándo el ritmo a medida a que se acostumbraba a la unión de sus cuerpos.

Yoongi lo observaba muriendo de placer, aferraba sus manos a las caderas de Jimin para sostenerlo y de cierta forma aferrarlo más a su cuerpo. Veía su rostro sonrojado y hermoso, levemente perlado de sudor y rogaba con todas sus fuerzas el poder retener aquella imagen en su mente por siempre. Tomó el miembro de Jimin entre sus manos, y comenzó a masturbarlo al ritmo de sus movimientos.

Cuando ambos se encontraban al límite del placer, Jimin arqueaba su espalda sintiendo que desfallecería en cualquier momento, con los ojos entrecerrados se acercó al pecho de Yoongi gimiendo sin control.

-Voy...voy a correrme...-gimió apretándo los ojos.

Fue entonces cuando Yoongi sin poder contenerlo liberó su esencia dentro del delgado cuerpo de Jimin, sintiendo una exquisita electricidad recorrer todo su cuerpo, algo que nunca había conseguido sentir con nadie mas, Jimin por su parte cayó rendido sobre su pecho soltándo todos sus músculos, ambos respirando agitadamente.

Pasados unos minutos Jimin se apartó y se tendió junto a Yoongi, quien aun tragaba con dificultad intentando regresar su respiración a un ritmo normal.

Se quedaron tendidos en la cama, uno al lado del otro respirando suavemente, sin articular ninguna palabra, la habitación se sentía cálida, y la tenue luz envolvía sus cuerpos dibujando apenas sus sombras. Ambos tenían la impresión de que el tiempo se había detenido y los había dejado solo a ellos en esa escena, como si nunca se hubieran separado, el silencio era cómodo y sus cuerpos se reconocieron al instante, Jimin movió apenas una de sus manos buscando los dedos de Yoongi, y entrelazó apenas su dedo meñique a el de él.

Yoongi ahora se sentía calmado y con la cabeza fría, su mirada se mantenía en el techo y veía el bello rostro de Jimin por el rabillo del ojo, tragó saliva con dificultad pues sabía que el momento de aclarar la situación había llegado, pero se sentía incapaz de ser él quien tomara la palabra, después de todo, era Jimin quien lo había buscado, ¿no?

De pronto Jimin rompió el silencio en un susurro casi inaudible. -Voy a casarme...-susurró volviendo su rostro hacia el techo, desviándo la mirada para no encontrarse con aquellos ojos que le hacían caer en el mismísimo abismo, sus palabras sonaron amortiguadas por la tristeza...y tal vez por el remordimiento.