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«Secretos» Capítulo XXVI

De noche. ¿Y donde estaba Tom? ¿Por qué ni siquiera había llamado? Joder… y le había prometido que no se preocuparía. Que estaría bien hasta que este llegara. Pero no podía consigo misma. Necesitaba verlo y saber que estaba bien. Que todo había resultado bien.

- ¿Quieres uno? – Gus le ofreció un cigarrillo. _______________ negó con la cabeza.

- No, gracias. – respondió ella. - ¿Bill te ha llamado? – le preguntó A Emma.

- No… - contestó ella, decepcionada.

- ¿Y si les pasó algo?

- Tom es un hueso duro de roer, haría falta todo el ejército militar para que a ese le pasara algo. – inquirió Gustav. – al igual que Bill.

Ni siquiera eso pudo controlar los nervios de ___________________ y de Emma. La verdad es ni Gustav y Andreas sabían lo que había pasado con ella y por qué es que Tom y Bill habían salido. Emma se puso de pie.

- ¿Te molesta si ocupo el cuarto de Tom unos minutos? Joder…estoy muerta del sueño.

- No hay problema. – le respondió ____________________, con una bonita sonrisa. Emma desapareció en dirección al pasillo de habitaciones.

- Está buena. – sonrió Andy.

- No tanto… - se quejó Gustav.

- Ya van de nuevo, par de puercos.

- ¿Puercos, nena? Es solo una opinión. Si supieras lo que dice Tom...

_________________ blanqueó los ojos.

- Tengo que salir. - __________________ se puso de pie, las miradas de aquellos dos hombres se centraron en ella esta vez.

- ¿A dónde vas? – preguntó Gustav.

- No sé… he estado todo el día aquí… solo quiero distraerme.

- ¿Te has molestado? – sonrió Andras. – me gustan las chicas así…

- Que te den. - _________________ le mostró el dedo medio, apunto de abrir la puerta principal.

Ansy se volvió a reír, esta vez observando sin discreción el bonito culo de ________________.

- ¿Quieres que te acompañe? – le preguntó Gustav.

- No te preocupes. – abrió y cerró la puerta, caminando lo más rápido que podía, alejándose de la casa de Tom.