- Tú no critiques y déjate - solté una carcajada mientras dejaba que me pusiera la venda.

Avanzamos unos cuantos minutos más hasta que sentí el carro detenerse, y Jaivo salió del vehículo. No tardó mucho en abrirme la puerta y ayudarme a bajar.

- Liv, necesito que confíes en mí. Yo te voy a guiar - dijo, tomando mi mano.

- Uy, no, valí, hasta aquí quedé - bromee.

- Olivia - se quejó.

- Ya, ya, está bien - respondí.

Apreté fuerte su mano y la entrelacé con la mía mientras comenzábamos a caminar. Más de una vez estuve a punto de caerme por su culpa, pero al final llegué sana y salva a nuestro destino.

- Te voy a quitar esto, pero cierra los ojos - me dijo.

Asentí, sintiendo cómo me quitaba la venda.

- Ya puedo abrirlos? - pregunté al no sentirlo a mi lado.

- Ya, Livie -

Al abrir los ojos, lo primero que vi fue una pequeña calle iluminada por luces de navidad, con árboles adornados a ambos lados. La escena era tan cálida y mágica que me hizo olvidar por un momento el misterio de todo esto.

Jaivo estaba frente a mí, con una expresión que no podía leer completamente. ¿Qué se traía entre manos?

- Dónde estamos? – Pregunté, un tanto incrédula, mirando a mi alrededor.

- Te dije que era una sorpresa – respondió con una sonrisa tranquila, como si todo fuera completamente normal.

Empecé a observar más de cerca el lugar. El aire frío de Monterrey se colaba entre las rendijas de mi suadera, pero no me importaba, estaba demasiado intrigada.

- Jaivo, en serio qué estás haciendo? – hablé con un toque de diversión en la voz.

Él solo hizo un gesto para que camináramos más adentro. No me quedaba otra que seguirlo, aunque por dentro me moría de curiosidad.

Finalmente, entramos en lo que parecía una pequeña zona decorada como para una fiesta navideña. Al fondo había una mesa larga con platos cubiertos, copas de vino, y todo tenía ese toque de reunión íntima, como si alguien nos estuviera esperando.

- Esto es... para mí? – Pregunté, ya sintiendo que algo muy diferente estaba pasando.

Jaivo se giró lentamente, dándome una mirada llena de complicidad.

- Es para los dos – respondió con suavidad, señalando la mesa. – Tenía que hacer algo especial para el fin de año -

Miré la mesa una vez más, luego a él. Había algo en su mirada que me hacía pensar que este no era solo un "encuentro de amigos", no podía poner el dedo en lo que era exactamente, pero había una tensión en el aire que me ponía nerviosa, sin dejar de ser un momento bonito.

- Y qué se supone que voy a hacer aquí? – Mi voz se había suavizado, casi como un susurro, mientras observaba la decoración.

Jaivo se acercó a mí, tomando mi mano de nuevo.

- Solo disfruta, Livie. Vamos a sentarnos y conversar. Tal vez hoy sea el momento de dar algunos pasos que hemos evitado -

No pude evitar sonrojarme. Ya podía sentir cómo mi corazón empezaba a latir más rápido. ¿Qué pasos evitados? ¿Qué quería decir con eso?

- Pasos evitados? – Mi voz salió más baja de lo que pretendía.

Él sonrió ligeramente, guiándome hacia la mesa. Me senté, pero la sensación de incertidumbre no se deshizo, aunque algo dentro de mí me decía que quizás ya era hora de enfrentar esa pregunta que llevaba rondando en mi mente desde hace un buen tiempo.

My streamer - Jaivo el mesmoWhere stories live. Discover now