Después de cerrar la puerta. Le di la vuelta al auto y abrí la puerta del conductor. Me tome mi tiempo de apreciar el interior de este. El volante. El acelerador. Los frenos. El retrovisor. La pantalla. Todo era increíblemente bello.

—¿Le quieres dar un beso?— El comentario de Katherine me hizo volver a la realidad. Melanie por su parte, soltó una pequeña risa desde la parte trasera del auto.

Encendí el motor y pose mis manos en el volante. Sintiendo la textura de este. Di reversa y cuando finalmente salí del estacionamiento del parqué, comencé a acelerar hasta la escuela.

—¿Puedo poner la música?— La rubia se inclinó un poco hacia delante para poder alcanzar la pantalla del auto. Asentí sin apartar la vista del camino y girando en el lugar que tenía que hacerlo.

—No juegues...— El tono de la morena que estaba de copiloto hizo que la volteara a ver por un segundo.

—¿Qué pasa, Kat?— el cuestionamiento no tardó en llegar por parte de Melanie. La morena no dijo nada. Solo le mostró algo en su celular y la reacción de la rubia no tardó en llegar.

—Mierda...

El murmuró me causó curiosidad. Pero lo que más me preguntaba era la razón de esta. Extendí mi mano hacia Kat para que me pasará su celular. Esta me lo paso, y con cuidado reduje notablemente la velocidad.

—Pero que carajo...— Pise el freno de golpe. Esto hizo que tanto Kat como Mel se sorprendieran y me miraran con un poco de miedo.

Pero yo estaba más pendiente a la publicación sobre la escuela que estaba en el celular de Kat.

Habían creado una pagina de chismes escolares. Patético. Estaban tan necesitados por atención que hacen este tipo de cosas. En mi opinión; es humillante.

Solté un largo y profundo suspiro. Le devolví el celular a Katherine, y regresé la vista a la carretera. Posé mis manos en el volante, y después de unos segundos, retomé el camino al instituto.

Podía sentir las miradas preocupadas de mis amigas sobre mi, pero no les hice caso. Seguí pisando el acelerador hasta el fondo. En un momento estuvimos a punto de estrellarnos contra un poste de luz. Eso eso que volviera en si, y bajara notablemente la velocidad.

—Noah...¿Estas...estas bien?— El silencio fue cortado por Melanie. Quien, supongo, estaba preocupada.

Yo solo asentí en respuesta a su pregunta. Obvio, esto no la convenció para nada. Pude ver por el retrovisor como me miraba; su preocupación era notable a la vista, y ni hablar del enojo que irradiaba.

Al cabo de unos minutos llegamos a nuestro destino. El silencio seguía reséñate en el grupo, y nadie parecía lo suficientemente valiente como para romperlo. Yo me dirigí hacia la parte trasera, donde estaba el campo de Arquería. De vez en cuando venía a ver a los chicos del club. Es algo reconfortante.

Las chicas me siguieron sin decir ni una sola palabra, pero dándose miradas cómplices de vez en cuando. Cuando llegamos, subí las gradas corriendo y trepé hábilmente el barandal de metal. Me quede dándole la espalda a las dianas. Podía sentir las miradas confusas y muy profundas de las chicas detrás mío. Espere a que dijeran algo, pero al ver que no iba a hacerlo, decidí hablar yo.

—Hagan ya la pregunta— Mi voz salió en un tono seco. Frío. No quería usar ese tono con ellas— No soporto esas miradas de "Noah, no tienes que enojarte por algo tan estúpida como eso" que me están dando— Trate desde lo mas profundo de mi de imitar la aguda voz de Melanie, pero fue casi imposible.

— ¿Por qué te pusiste así después de ver la publicación?— Preguntaron finalmente, después de una conversación por miradas que tuvieron.

— Es una larga historia, pero en resumen, hace unos años en mi escuela...crearon una pagina algo similar. A todos les encantaba la idea de saber todos los estúpidos chisme, secretos y defectos. Lo que sea— Me subí completamente al barandal para comenzar a caminar por el extremo de este. Melanie se asustó e intentó atraparme de una caída que nunca pasó— Todo estaba algo normal, hasta que publicaron una mentira. Dijeron que una chica había intentado besar a otra chica.

Invisible StringWhere stories live. Discover now