Epílogo

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-Todos sabemos que nuestra Adriana fue una chica de bien, ahora descansa con el señor y siempre vivirá en nuestros corazones,- decía el padre que estaba encargado de la misa- hace un año partió a la presencia de nuestro Dios y ahora ella es nuestro ángel que nos cuida.

Me costaba creer que ya había pasado un año desde aquel accidente.

-Ed, cariño- me dijo la madre de Adriana- ¿no quieres subir a decir una palabras para Adriana?.
-Eh... de acuerdo- caminé hacia delante cabizbajo, desde aquel día me siento incompleto- buenas noches-salude a la poca gente que recordaba a mi querida Adriana- ¿que puedo decir?- no sabía que decir, así que decidí mirar su foto que se encontraba en la puerta de la iglesia, sonreí al recordar todos los momentos juntos- Adriana, mi querida Adriana- hice una pausa para tratar de tranquilizar mis sentimientos- gracias por haber existido, por haberme hecho feliz aunque solo haya sido algunos meses y por haberme hecho conocer el verdadero amor.- comencé a llorar; a mi mente solo le vinieron recuerdos del accidente- Te quise, te quiero y te querré, sé que nuestra historia fue breve pero es una de aquellas que jamás me cansaría de leer.

(...)

Cuando terminó la misa me despedí de los padres de mi amada y decidí regresar a casa caminando, por el camino pase por aquel parque y al verlo me entraron ganas de echarme en el pasto así que no dudé en hacerlo y al parecer el cansancio se sumó a ello, sentía como poco a poco mis ojos se cerraron y yo entraba en un sueño profundo.

-Ed, Ed- sentía que alguien me movía el hombro.

A regañadientes decidí abrir los ojos, mi sorpresa fue enorme al verla echada a mi lado.

-Adriana- lo dije en un susurro y con sorpresa.

-Hola,- me dijo y sonrió sin poder evitar arrugar su pequeña nariz- me gustaron tus palabras de hoy- siguió sonriendo- pero tienes que olvidarme, tienes que volverte a enamorar y sobretodo volver a sonreír. Te quiero Ed, siempre lo haré pero yo ya no estoy contigo, ahora estoy en un mejor lugar y soy feliz, y realmente quiero que tu también lo seas.

-Sin ti no puedo- respondí cabizbajo.

-Si puedes Ed- me abrazó y me dio un beso en mi nariz y se fue.

Desperté y vi la hora, me sorprendió lo cuan rápido había pasado el tiempo. Me levante y retome mi camino.

-¡Cuidado!- escuché una voz que vino de la nada, gire la cabeza para ver quien era y me percate que venia una bicicleta a toda velocidad que no me dio tiempo de reaccionar.

Lo siguiente que sentí fue un dolor en mi cuerpo.

-Realmente lo siento- me dijo la misma voz que hace unos segundos me había arrollado.

Lo admito, el dolor era soportable pero me desesperaba que no haya tenido más cuidado al momento de conducir. Me levante con su ayuda y fue en ese momento donde vi su rostro, era una morena muy simpática.

-Hola, me llamo Greta- me dijo, e inmediatamente su voz me atrajo más.

-Hola, soy Ed- le dije- ¿crees en las casualidades?- le pregunté.

Ella me respondió con una bonita sonrisa y asumí que era una respuesta afirmativa.

Con esto doy por acabado #Comolaprimeravez 💙 y espero que le haya gustado ☺️ Gracias por leerlo, espero sus votos y comentarios.

Infinitos gracias ☺️😘

Como la primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora