Japón

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Por todos es sabido que Japón le tiene mucho amor a las obras de los artistas japoneses (qué raro), especialmente hacia las películas de terror (el anime y todos sus géneros son casos aparte). Sin embargo, la película Ringu (ya sabéis, la historia sobre la infante psicótica que sale de las televisiones por una muy lógica maldición relacionada con una cinta de vídeo y que destrozaron los americanos) es la mejor, en su opinión, y la que más veces ha visto. Y es por eso por lo que la está viendo por enésima vez.

-¡Sadako! –grita de forma muy masculina al ver aparecer a la niña-. ¡Me encantas! ¡Te quiero! ¡Qué ojazos tienes!

Y, de pronto, ocurre algo inesperado: la televisión comienza a fallar. Japón se aleja dubitativo de la pantalla. "¿Qué está ocurriendo?" Se pregunta. Antes de que pueda levantarse a mirar si hay algún cable mal puesto, una imagen se hace visible: un pozo. Y del pozo comienza a salir algo. Alguien, mejor dicho.

-¡Sadako! –vuelve a gritar cual fangirl de grupos de pop baratos; ahora, si cabe, más emocionado-. ¿Acaso eres tú Sadako?

La niña sigue acercándose lenta, pero inexorablemente a la pantalla. ¿Va a salir? ¿Va a venir Sadako? ¡Es su sueño hecho realidad!

Y entre los grititos de Japón, una mano sin uñas comienza a salir del televisor de plasma. Cree que le va a dar un ataque al corazón, nunca ha sido tan feliz. A la mano le sigue una larga cabellera negra que cubre el hermosísimo y nada grimoso rostro de la cría del pozo. Antes de que se dé cuenta, la niña ya está en su habitación. ¡Ringu es real!

-¡Sadako! ¡Eres aún más preciosa en persona! ¡Esto es fantástico!

La niña ladea la cabeza confundida ante la reacción del japonés. Vamos a ver, ¿qué persona en su sano juicio daría saltitos de alegría al ver que acaba de salir una cría maligna de la tele? Eso no es normal.

-¡Espera aquí un momento que voy a por mi cámara! –dice el país saliendo a toda prisa.

¿Qué? Espera, ¿qué? ¿Quién con tres dedos de frente va a por una cámara para fotografiar barra grabar a la niña del pozo? La cual, por cierto, empieza a sentirse violenta en esa situación (¿qué no entiende Japón de que no hay que poner violento a un fantasma japonés? ¡Con la mala lactosa que tienen! Y él debería saberlo mejor que nadie, es el país de las maldiciones gratuitas sin sentido y de los fantasmas que matan al primero que pillan porque se niegan a aceptar que están muertos). Y, por ello, Sadako decide regresar al televisor y hacer como que esto nunca pasó. Sin embargo, algo le dice que le van a suceder cosas mucho más extrañas...

Notas de las autoras:

Cuando Japón regresó y vio que Sadako se había ido, lloró y pataleó cual Polonia sin ponis.

Hetalia VS Ringu [PAUSADA]Where stories live. Discover now