La Respuesta

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—¿Qué...demonios pasó con su brazo...?—Oí decir a uno de los presentes.

No sólo estaba allí Nico-ya, también estaba Portgas-ya y si no me equivocaba, el otro hombre que estaba junto a él era su prometido Marco. También estaban allí Roronoa-ya y Kuroashi-ya.

—Oye deberías tratarte esa herida del brazo...—me decía Kuroashi-ya, pero Portgas-ya lo interrumpió cuando éste me levantó del suelo agarrándome por las solapas del abrigo después de que Nico-ya me dejara allí tras recibirme en sus brazos al caer.

—¿Estás contento ahora? ¿Te alegra ver a mi hermano arriesgar su vida para salvar la tuya? ¡¿Para eso querías tenerlo?!

—¡Ace, no creo que éste sea el momento más adecuado!—Interrumpió enojada la morena.

—¡Al carajo si es el momento o no, Robin!—Gritó Portgas-ya mirando a la chica de forma reprobatoria.

—¡¿Dónde estabas tú cuando Mugiwara-ya fue secuestrado por ese maldito, eh?! ¡¡Con qué cara te atreves a reclamarme cuando tú como su hermano se supone que debías estar cuidando de él como siempre dices que haces!!—Hubo un silencio sepulcral.

Se abalanzó sobre mí tirándome al suelo otra vez lastimando el corte de mi brazo, y sin poder decirme nada sobre lo que le había preguntado, me soltó. Pero ya antes lo había dicho, enfrentaría al mundo entero si era necesario para quedarme con Luffy.

Como pude, lo aparté de mí y recargándome en mi nodachi, me levanté y esta vez yo me abalancé sobre Portgas-ya.

—¡¡YA ME CANSÉ DE ESTO!!—Le grité y pareció sorprendido de eso sin duda—¡YA ME CANSÉ DE TENER QUE DARLE EXPLICACIONES A TODO EL MUNDO DE LO QUE HAGO! ¡TE GUSTE O NO, MUGIWARA-YA ES MI NOVIO Y NI TÚ NI NADIE ME VA A IMPEDIR SEGUIR SIÉNDOLO, NI SIQUIERA ESE MALNACIDO DE DOFLAMINGO, ASÍ QUE TE CALMAS Y DEJAS DE ACTUAR COMO UN MALDITO SOBREPROTECTOR!—Grité realmente molesto—¡Y ya que estamos hablando de Luffy, voy a decirte algo...!—Traté de calmar mi agitada respiración.

Le solté, mi respiración violenta y agitada comenzaba a marearme y la sensación de palpitar de mi corazón en mi pecho, —sin siquiera tenerlo dentro—hacía que retumbara mi cabeza, por lo que me dejé caer sobre los escombros.

—Pero antes, realizaré una operación en mí para recuperar mi brazo... ¡ROOM!—Rompí la manga del abrigo.

Obligué a todos a que salieran de mi domo y se dieran la vuelta, seguro no querrían ver algo tan espantoso como unir mi brazo desmembrado a mi cuerpo.

Aunque tomó un buen rato, logré mi objetivo y tras comprobar que la sangre volvía a circular por el recién restaurado brazo, éste tras unos momentos, se movía ya adherido a mi cuerpo y a mi voluntad. La operación resultó ser todo un éxito. Aunque no por eso debía forzarlo, eso sería peligroso incluso para mí.

Nico-ya fue la primera en volverse y mirarme.

—¿A dónde vas?

—A recuperar mi vida y a quien será parte de ella—me levanté dificultosamente.

—Pero estás muy herido... tu cuerpo no soportará mucho...

—¡Oye! ¿Qué es lo que tienes que decirme?—Era Portgas-ya, que aunque estaba dándole la espalda, sabía que su mirada era del más completo odio hacia mí. Cogí mi nodachi que yacía a mi lado en el suelo.

Lo que iba a decir estaba seguro de que lo haría querer matarme sin duda alguna, sin embargo por una vez en mucho tiempo, sonreí petulantemente.

—Mugiwara-ya es mi novio aunque tú no quieras aceptarlo—estaba de espaldas a él, luego me volví para mirarle por sobre mi hombro con una sonrisa torcida y burlesca—y sabes... ya lo hice completamente mío... no creí que fuera tan bueno en la cama...

Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora