Capitulo 25: Estamos a Mano

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Las clases de Humanidades eran las mismas que antes del periodo vacacional: Rox y Kya en la parte media del aula, Alec y Tyler en la parte trasera.. Tara en la parte delantera, Shelly y Paige en la entrada del salón, mientras que Blake y yo ocupábamos nuestros lugares junto a la pared contraria; la señora Parks impartía su clase de la misma manera mientras anotaba algunas cosas en el pizarrón, miré a los demás y volteé a mirar a Tyler con sus ojos puestos en mi... aquello me comenzaba a preocupar, me incomodaba de cierta manera y miré de nuevo mi libreta en un intento de volver a la clase. Escuché un fuerte golpe detrás de mi mirando a Blake en el suelo con un dolor, Parks volvió la vista y se acercó a él mientras saltaba de mi asiento ayudando a reincorporarse.

- Señor Tanner, ¿Está bien? -cuestionó la profesora con preocupación, la respiración de Blake se niveló después de unos momentos y asintió.

- Todo está bien, señora Parks; no se preocupe, puede continuar con la clase.

La mujer dudó un momento mirando la condición de Blake, segundos después se encontraba en la pizarra continuando con la explicación que daba; ayudé al chico a volver a su asiento mientras las miradas de todos estaban en ambos y miré de nuevo a Tyler quien hacía una mueca en nuestra dirección y escribía en su libreta... aquello no lo entendía en lo mínimo, nada de lo que ocurría lo comprendía.

La clase transcurrió con normalidad luego de aquello tan raro, el timbre sonó y todos salieron excepto nuestros amigos; Shelly se acercó para checar a Blake con clara preocupación asegurando que estaba bien, todos hablaban de ello.

- Aún no entiendo como pasó -le dije a Blake en el pasillo mientras guardaba algunos libros en mi casillero, él miraba el suelo pensativo antes de hablar.

- Jamás había pasado por eso, es algo extraño.

- ¿Cómo te sientes ahora?

- Contigo cerca, me siento bien -alzó su mano acariciándome los cabellos, nos dirigimos hacia la biblioteca para hacer nuestras tareas antes de regresar a los dormitorios.

- ¿Estás bien? -dijo la voz de Matthew acercándose a nosotros, al parecer se enteró de lo sucedido. Blake asintió.

- Ahora lo estoy, fue tan... raro lo que aconteció.

- Eso es completamente raro -hablé yo, ambos me miraron.

- Las cámaras no captaron nada extraño.

- Pues alguien lo hizo -dije.

- Calma Hannah, sólo déjalo pasar -Blake me miró relajado- No hay que hacerlo mayor.

Lo miré preocupada por lo que había pasado, me asustaba de cierta manera pero cuanto más lo miraba me convencía de que no debía ser un tema de chisme en la academia, él mismo me había dicho que no le gustaba ser el centro de atención. Asentí.

- Estaremos vigilando los pasillos durante los periodos para que no suceda nada fuera de lugar- dijo Matthew.

Caminamos de vuelta a los dormitorios de los chicos donde me dijo que tenía algunas cosas que revisar, me despedí de él de vuelta a mi habitación; caminaba por el pasillo pensando en ese asunto hasta que una voz me sacó de pensamientos.

- ¿Tanto trabajo marea al nerd? -la odiosa de Tara se reía mientras caminaba, me pude librar de ella días antes del baile, y ahora la misma rutina de nuevo. Dios.

- Qué quieres Tara. -me crucé de brazos- ¿Celosa?

- ¿Celosa de ti? -se burló, dios, la odiaba cada vez más- Tú no me llegas ni a los talones, Williams; quédate con ese raro, son el uno para el otro: igual de invisibles.

- Invisibles como tú, que sí tienes a las demás como amigas es por lástima -solté, vi su sonrisa flaquear al escucharme- Nadie te quiere Tara, ni siquiera tus ''amigas''.

- Invisibles como tú, que sí tienes a las demás como amigas es por lástima -solté, vi su sonrisa flaquear al escucharme- Nadie te quiere Tara, ni siquiera tus ''amigas''

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 La dejé sin habla por primera vez desde que inició a molestarme, mis palabras la dejaron sin argumentos.

- Estás loca -dijo recuperando su posición- Tú no sabes nada de amigos.

- Tara no te engañes, tu manera de manipular es el motivo por el cual esas chicas están contigo.

- ¡Cállate maldita! -se abalanzó contra mi dirigiendo su puño a mi rostro, la detuve antes de contactara mi piel; no permitiría que me intimidara más, ella sabía que esa era la verdad y se soprendió cuando la detuve- ¡Te odio!

- Ya estamos a mano -le solté- Sí no fueras una aprovechada quizá hubieses sido una buena amiga, se nota que buscas desesperadamente la atención de todos.

- ¡Cállate estúpida! -gritó con fuerza hasta que llegaron Adam y Matthew a la escena, separándola de mi.

Miles de chicos miraban aquello y me puse de pie.

- ¿Qué sucede ahora? -demandó Brooks mirando a Tara.

- Intentó golpearme de nuevo -hablé sin quitarle la vista a la rubia, ella gritó.

- Sí no hubieras llegado a esta escuela no tendría que deshacerme de ti, maldita perra.

- Señorita Miller, ha ignorado las advertencias que le hemos dado y aún así lo le preocupó. A partir de este momento, queda expulsada de la Academia St. Elena.

El rostro de Tara cambió por completo al escuchar las palabras del director, el asombro tomó lugar en sus facciones mientras la miramos.

- N-No puede echarme ¡No puede hacerme esto! -gritó, suplicando aquello.

- Varias alumnas fueron a mi oficina para decirme lo que usted les había hecho a lo largo de los meses, sin mencionar que usted fue la que madó lastimar a una recién llegada -sabía que hablaba de Paige- Y lo que sucedió con la señorita Anderson lo cual costó su suspensión; no me queda más remedio que expulsarla.

La rubia dirigió su mirada a mi, estaba furiosa.

- Por tu culpa maldita forastera -me gritó- ¡Te vas a arrepentir por meterte conmigo! ¡Esto no se va a quedar así!

- Vamos señorita, recoja sus pertenencias, en unos momentos hablaré a sus padres.

Adam llamó a dos encargados del dormitorio de chicas para escoltarla junto con él, Tara me dirigió una mirada fulminante mientras lloraba; me quedé sola con Matthew quien me dijo que regresara a mi habitación. Mientras caminaba de regreso, eché un vistazo hacia el dormitorio clausurado y pensé en lo que había pasado... un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar que susurraban mi nombre, era una voz femenina, pero al voltear únicamente miré a Matthew; aquello resultó extraño y corrí de regreso al dormitorio.

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