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Lea permanecía abrazada a su padre. Nico y Dick la miraban en silencio mientras tomaban con Ryan
-¿Queres ir con el tío Dick?-preguntó Ryan. Ella negó entre sus brazos y hundió su rostro en el cuello de él.-¿Qué pasa, mi amor?
-Quiero quedarme con papá. -susurró ella.
Nico fruncio el ceño. Acarició la espalda de ella y la sintió temblar y pegarse mas a su padre.
-¿Por qué tenes miedo?-preguntó Nico.
-Quiere alejarme de papá.
-¿Quién?
-El tío Pier. Quiere que estemos juntos con mamá.
Ryan frunció el ceño.
-¿Pier?-preguntó Dick confundido.
-Un imbécil que quiere sacarme a mi hija.-masculló Ryan y la pegó mas a su cuerpo.- No va a separarnos, reinita.
Ella se durmió en sus brazos luego de un rato y sus tíos, como ella los había adoptado, intentaban calmar a Ryan.
El joven estaba completamente fuera de sus casillas. La furia ardía en su sangre y solo pensaba en matarlo. Nadie lo podía alejar de su hija. No de su bebé.
-Quedate acá. -pidió Dick.- Pensá en ella. Lea te necesita acá.
-No quiero que se acerque a ella.-dijo frío y con odio.
-¿Queres que pida una orden de restricción? Voy y lo hago ahora mismo pero vos quedate acá. -dijo Nico.
-Papá. -lloró Lea en el piso superior.
-No lo quiero cerca de mi hija.-advirtió Ryan y subió las escaleras.
Nico partió y Dick subió con él para tranquilizar a la nena.

Cuando el joven volvió, encontró a sus amigos y a su sobrinita jugando en la sala. Ella corría a Dick y este no se dejaba alcanzar.
-Papi.-dijo ella y Ryan la ayudó.
Entre los dos lo derribaron y ella empezó a hacerle cosquillas.
-Tenes un juicio.-soltó Nico de golpe.- Pier no te cree capaz, movió a sus contactos. Tenes un juicio y la disputa es la tutoría de Lea.
El silencio se extendió por la habitación. Él buscó la mirada de su hija. Ella se tiró en sus brazos.
-En tres días,-dijo.- tenes que estar ahí. Ryan, no podes perderla.
-Lo voy a matar.-dijo poniéndose de pie. Ella lo miró y salió corriendo con sus pequeños pasitos. Fue alcanzada rápidamente por su padre que la tomó en brazos.
-¿Qué pasa?
-Papá yo quiero vivir con vos. Yo no quiero una mamá, quiero a papá.
Él le besó la frente y la rodeó con ambos brazos.
-Vas a quedarte con papá.
Y era una promesa, porque Ryan sabía que, si Pier ganaba, no gozaría de una larga vida y él se ocuparía de eso.

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