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Fue a buscarla a su cuna y ella intentaba agarrar su adorno. Él se quedó observándola en silencio un largo rato mientras ella reía y se tomaba de la baranda.
Al caer sentada comenzó a balbucear y a agarrar sus peluches y volvió a pararse y tirarlos mientras reía y aplaudía feliz. Volteó y descubrió que no había mas. Entonces quiso salir de su cuna.
-No. Lea.-dijo Ryan tomándola en brazos y dejando que ella vaya en busca de sus juguetes.
-Papá. -dijo ella dándole un peluche.
-¿Qué hago con este?
-Ati.-dijo ella señalando la cuna pero sin soltar su mano.
Todavía no se podía mantener de pie por si misma sin apoyarse en los muebles o estar de la mano de su padre.
-¿Tenes hambre?-preguntó él con ella en brazos.
-No.-dijo ella.
-¿No tenes hambre?
-Ti.-rió ella.
Él le besó la mejilla y la llevó hasta la mesa para comer. Ella no dejaba de meter sus manos en las comidas sin hacer caso a su padre que comenzaba a ponerse nervioso.
-Lea.-le reprochó.
Ella guardó silencio y se refregó los ojos, llenando su rostro de salsa. Pequeñas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
-Lea, mirá lo que hiciste.
Ella quiso bajar de la sillita mientras lloraba pero no obtuvo resultado alguno.
-Está bien.-suspiró él y la tomó en brazos.-Ahora voy a darte un baño y te vas a dormir.
Ella guardó silencio mientras él la bañaba y cambiaba y no dijo nada cuando él la acostó en su cuna.
-Lea...-empezó.
-Papá malo.-dijo ella abrazando su osito.
-Reinita. -dijo él tomándola en brazos nuevamente.- No quería retarte. Papá te ama, Lea.
Ella se apoyó en su pecho y dejó que él le besara el rostro.
Cuando volvió a dejarla en su cuna, Lea comenzó a llorar y a estirar sus manos pidiéndole upa.
Ryan suspiró y la tomó en brazos, llevándola con él.
Cuando ella se durmió, él no pudo quitarle los ojos de encima. Se sentía mal por haberla retado y hacerla llorar. Pero aún estaba aterrado por todos esos meses en que no había estado para ella.
¿Le habría dicho papá ella a alguien?¿La habrían cuidado bien? ¿Habría contado con todo lo que él le hubiera dado?
Lo único que sabía era que se había ausentado por mucho tiempo y que, ahora que había regresado, había logrado tan solo que ella llorara.
Se preguntaba si en algún momento haría por fin las cosas bien.

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