Candela Apagavelas

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Candela Apagavelas no es exactamente un monstruo. Es más bien un espíritu. Su nombre viene de muchos años atrás, cuando en el funeral de una chica llamada Candela se apagaron de golpe todas las luces. Esto no hubiera tenido mayor importancia de no ser porque no soplaba nada de aire. Fue un fenómeno ''poltergeist''. Y Candela Apagavelas hace también otras cosas. Es la predecesora de Freddie Krueger porque se manifiesta en los sueños. Provoca pesadillas. Pero pesadillas que apenas puedes recordar hasta que sueñas otra cosa completamente distinta. Me explico: ¿alguna vez has tenido un sueño y, en él te has acordado de haber tenido otro sueño tiempo atrás? Pues bien, eso es que nuestro monstruo de hoy se ha manifestado.

El problema de Candela Apagavelas es que además de provocar pesadillas y apagar luces, interviene en reuniones espiritistas y en sesiones de ouija, poniendo en peligro la vida de sus participantes. Sí, exacto, ella es la que profiere amenazas y respuestas inconexas, dejando al médium con un dolor de cabeza imposible e, incluso, con serios derrames cerebrales. Y también es ella la que rompe los vasos. ¿No sabéis de qué estoy hablando? Estoy hablando de las antiguas sesiones de ouija, donde no se encontraban tableros profesionales con punteros en forma de flecha y había que usar un vaso de cristal para desplazarlo sobre las letras. Cuando en medio de una frase, o incluso de una palabra, el vaso se rompía sin motivo aparente, Candela estaba expresando su impotencia a la hora de intentar seguir viva. Para quien no lo sepa, ser testigo de una rotura del vaso, simboliza una muerte prematura. Resulta que Candela quiere volver a vivir y va matando a gente para intentar entrar en su cuerpo, pero nunca hasta hora lo ha conseguido. De todas maneras, ten cuidado si ves un vaso romperse, una vela apagarse o un sueño borrado de tu memoria. Siempre hay una primera vez.

Esta vez, el ejemplo no se trata de una historia, sino más bien de entrevistas a las víctimas de Candela. Empecemos entonces:

PRIMERA VÍCTIMA: MARÍA SERRANO

-Buenos días, María. Por favor, cuéntanos, ¿cómo fue tu experiencia con Candela Apagavelas?

-Fue horrible. Yo era muy joven, apenas tenía catorce años, y mis amigos me encandilaron para hacer una sesión de ouija. Pero... Ay... No sé por donde empezar...

-Tranquila, no pasa nada. Nuestros lectores comprenden que es difícil. Quizás sería más facil si yo te hiciera preguntas más precisas, ¿no?

-Por favor...

-De acuerdo. Veamos, María... Tengo entendido que hicisteis la sesión en un pueblo com mucha actividad paranormal llamado Belchite, ¿me equivoco?

-No, no, es correcto. Fue allí.

-¿Cuánta gente estaba presente?

-Pues, no me acuerdo muy bien, pero... Déjeme pensar... Fuimos José, Liliana, Carla... Francisco y yo. En total cinco. Cinco... sin contar a quien no veíamos, claro...

-Es decir, sin contar a Candela. Supongo que es doloroso recordarlo, pero, si no te importa, ¿puedes explicar a los lectores lo que pasó con uno de tus amigos?

-Sí, pero aguarde un momento, Gataca... Es muy fuerte la tentación de llorar...

-Tranquila, María. Podemos parar cuando quieras.

-¡NO! Disculpe, quería decir... no... Es que... he venido aquí para hablar, ¿sabe? Lo quiero contar todo.

-Muy bien.

-Fue José. Estuvimos sentados alrededor de un tablero de ouija y empezamos a hacer las clásicas preguntas de: ¿Con quién me casaré?, ¿tendré muchos hijos?, ¿eres un ente asesino o pacífico?, etc. Entonces, mientras pensábamos qué más preguntar, el vaso se empezó a mover sin que lo aguantase ninguna mano... Fue horrible, todos empezamos a gritar y a dar patadas. Todos menos Francisco, que haciendo gala de su sangre fría decidió leer el mensaje. Cuando el vaso se paró y le miramos atentamente, instándole a decirnos lo que había leído, su cara estaba pálida. Nos miró a cada uno a los ojos y, cuando se giró hacia José, empezó a gimotear. Entre lágrimas, logró decir que la ouija le había dicho que José iba a morir ése mismo día. Y... luego... luego... José quiso consolar a Francisco y al inclinarse para abrazarle.... el vaso se rompió en grandes pedazos, ¡y uno de ellos le cortó la vena yugular! Se desangró antes de llegar al hospital...

MonstruarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora