-No solo nos reemplaza y degrada, sino que impide que cumplamos con nuestro deber.

Efectivamente esa es la gota que derrama el vaso. Todo bien con que deje que Yeji ocupe nuestro lugar a su lado, de todas formas no nos interesa, pero ¿desplazarnos como beta...?

Entrenamos sin descanso toda la vida por este momento, por la oportunidad de liderar a cientos de lobos y en cambio ni siquiera nos deja observar los encuentros. Resignado, me dejé caer en la camilla. Tengo la fortuna de que me dieran un lugar apartado del resto. Agradezco el trato, entiendo que es una precaución necesaria, y aun así no me considero digno del mismo. Quisiera ser alguien normal, así nada de esto sería real y por lo menos me dejarían quedarme en el mismo sector que Yeji, quien por lo visto cayó desmayada. Entonces pensé que dormir era una buena idea, sobre todo porque las pesadillas anoche no lo permitieron. Me acosté y disfruté de unos hermosos treinta segundos de paz hasta que dos presencias conocidas se acercaron.

-Choi Beomgyu, ¿dónde está?

Corrí un poco la tela para observar mejor y agudicé mi oído en su dirección.

-Está en el sector designado para los líderes, primera camilla -con una leve reverencia, Felix dio un paso al frente junto con la otra figura. Lo lamento, esta área es restringida.

-Vamos, ¡nos conocemos desde que somos cachorros! -el enfermero volvió a negar- Es mi maestra, no pueden impedirme que...

-Viene conmigo. Puede pasar.

Aron sonrió y sin importarle nada se adelantó a los dos y corrió de golpe la cortina.

-Sí sabes que pude estar desnudo, ¿no?

Bromeé y su linda carita se tiñó de rojo, dando un paso para atrás y arrodillándose, dudando si tocarme o no.

-Maestro Beom...

Ante sus ojos preocupados me forcé a sentarme, conteniendo una mueca de dolor. Ahora que mi cuerpo se enfrió de toda esa adrenalina me pasaba la factura de mis locuras. Felix al notarlo posicionó su mano en mi espalda y acomodó la almohada para mayor comunidad.

-¿Qué hacen aquí?

Fui franco, no es lugar para ninguno por distintos motivos. Aron por no tener su primera trasformación y ser considerado un cachorro que tiene prohibido participar o presenciar este tipo de eventos, y el rubio porque es el alfa de Wigul, y su retirada se puede tomar como falta de interés.

-Sé lo que piensas, y créeme que luego puedo lidiar con ello. En cambio, ya no aguantaba un instante más sin saber de ti, pequeño. Por mi cordura lo mejor era irme de allí, era eso o arrancarle la lengua a esa bicha.

Sonreí por el comentario, lo admito; no puedo enojarme con él.

-¿Y tú?

Ambos nos dirigimos al menor.

-El futuro alfa me lo comunicó.

-Ese infeliz quiere usar al cachorro para apagar nuestra ira.

Junto a mi loba fruncí en ceño. Que ni crea que soy tan fácil. Por otro lado, Aron no tiene la culpa.

-Supongo entonces que tú debes ser el tan nombrado aprendiz de mi hermanito. Es un placer, soy Felix Wigul.

De golpe Aron se puso de pie y tomó su mano.

-Disculpe mi insolencia, alfa Wigul. Mi nombre es Aron Rose se inclinó. Gracias por su ayuda.

-No hay por qué, aunque agradecería que me devuelvas mi mano.

El menor entonces notó que aún sacudía la mano del rubio como una palanca y la soltó avergonzado. Inclinándose varias veces consumido por un nerviosismo tan adorable que Felix largó una risa contagiosa que alivió el ambiente por completo.

Rechazo(Yeongyu)Where stories live. Discover now