Rechazo(Yeongyu)

13 parte 2

En los meses posteriores la imagen de ambos cubiertos de sangre, mugre y rasguños se pasó de boca en boca creando mi reputación. Claro que nadie supo del trauma y la recuperación necesaria. Durante una semana Yeonjun y yo fuimos inseparables. No por gusto, sino porque de tratar alejarse el pánico nos inundaba. Sobre todo a mí, y solo él me calmaba.

No entendí al comienzo cómo recordar un evento catastrófico suponía un tipo de ayuda; no hasta que mi pulso se adaptó al suyo, hasta que respiró lentamente una y otra vez. No hasta que noté que por reflejo copiaba esa acción... al igual que en el pasado.

-Yeonjun, yo...

-¡Cachorro!

Mis padres llegaron y "sin querer" se interpusieron entre los dos, alejando por completo al pelinegro.

-¡Así se hace, mi guerrero!

De forma auténtica ella me miró con orgullo mientras papá me examinaba de arriba abajo. Sonreí por ello, no recordaba lo mucho que me hacían falta. Este escenario lo viví cientos de veces a lo largo de mi crianza, y el resultado no ha variado. Igual que siempre se quedaron por unos instantes felicitándome antes de regresar a sus puestos, no sin antes recibir un fuerte abrazo y una caricia en el cabello. Mamá por el link me ofreció que la acompañe. Le dije que no. Agradezco que intenten protegerme, mas yo necesito lo que ellos temen, que es estar a solas con mi mate y platicar con madurez lo ocurrido.

-Beom, ve con Yeji a la enfermería, haz que te atiendan y descansa hasta mañana.

-No puedo hacer eso. Debo quedarme como representante.

-Tu salud está primero.

-La manada está primero.

-No quiero pelear, ¿está bien? Ni que tu condición empeore. Nadie va a pensar que eres débil luego de esos enfrentamientos. Hasta el mismísimo Oldiver le dijo a Yeji que se retire.

-Yo no soy Yeji, Yeonjun. Puedo con esto.

Firmes en nuestras posturas, ninguno daba el brazo a torcer. Ambos puntos son correctos y lo admitimos. Esto gira en torno a la terquedad y las prioridades de cada uno.

Firmes en nuestras posturas, ninguno daba el brazo a torcer. Ambos puntos son correctos y lo admitimos. Esto gira en torno a la terquedad y las prioridades de cada uno.

-Que conste que lo quisiste así -suspiró-. Como tu alfa y mate te lo ordeno.

Abrí mis ojos sorprendido. Si antes dudaba de estar enojado, ahora aseguro que estoy furioso. Él posee su propia voz de mando como alfa, que lo posiciona por encima de todos dentro de su manada incluyéndome hasta que me marque y vuelva su igual. Sin embargo, no conforme con ello aprovechó el vínculo para terminar de doblegarme. Aunque intente luchar contra el instinto, esa maldita descarga eléctrica adormece todos mis sentidos, apagando mi voluntad y moviéndome como a una marioneta rumbo a la carpa médica. Allí los responsables me recibieron enseguida, seguramente ya preparados por las órdenes de su líder. E incluso si el efecto se esfumó tan rápido como puse un pie en el lugar dando por completada mi obligación, me sentí humillado. Nadie dijo nada, no hacía falta, en sus ojos veo lastima. Somos una raza que valora la lealtad por encima de todo, y solo los insubordinados reciben este trato. Estoy siendo manipulado de la misma forma que como un lobo que será expulsado de la manada, siendo que antes le dan una última misión. Tanto tiempo viviendo el mundo humano hizo que olvidara estos detalles. Me gustase o no, por el resto del día me encadenó en una celda de tela y medicina.

-Pude sobrevivir a un oso, pero no a mi mate.

Tori concuerda conmigo: desde anoche, cualquier deseo de acompañar a Yeonjun también se borró de su sistema. Y vaya que de dejarla salir instantes atrás le habría gruñido y atacado.