Wrong guy [JAEYONG]

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Normalmente la mayoría de las personas odian los lunes, martes y el resto de la semana, así mismo la mayoria adoraban el viernes.  Eso le ocurría todo lo contrario a Lee Taeyong, amante a su trabajo, su amor por los animales era muy especial, desde el insecto más horrible hasta un lindo gatito parecido a el mismo. Ser veterinario estaba mal visto entre su generación donde salieron muchos doctores, ingenieros, arquitectos entre otras profesiones, pero él no tenía familia que le juzgara su decisión, bueno, no una familia "normal". 

—Entonces le dije que me diera otra porción de papas, pero al parecer se equivocó porque recibí otra porción de kimchi. — Contaba Taeyong mientras reía de su pequeño relato, entre sus manos portaba comida para peces. Su cabello negro reposaba sobre su frente ocultando sus cejas ligeramente dando paso a sus grandes ojos, todo coordinaba perfectamente con su armoniosa sonrisa. 

Si estaba hablando con sus peces, y si no fuera por el momento de silencio que tuvo después de su risa, no se habría dado cuenta que iba tarde a su encuentro programado con sus amigos. Dio un salto dejando la comida dentro de la caja especial para sus peces, tropezó con varias cosas dentro de su pequeño apartamento. Un viejo condominio que parecía abandonado, pero era lo único que le había dejado su madre luego de abandonarlo con once años, el lugar era habitado por muchos ancianos, así que Taeyong tuvo muchos abuelos que lo cuidaban de vez en cuando.

—¡Chicos, regresare pronto! Mike no molestes a Tiara. — exclamo hacia sus peces, con una sonrisa, tomo su mochila del famoso Totoro, y salió disparado por la puerta. Durante el camino saludo a varios vecinos con una sonrisa. Era un rayo de sol, por donde iba iluminaba con sus movimientos torpes a la hora de saludar, caminar, sus gestos, todo en Lee Taeyong era luz. 

Antes de su encuentro con sus mejores amigos, se detuvo en su clínica veterinaria, era su propio lugar, tenía muchas deudas debido por la compra del terreno, y su mantenimiento, poco a poco iba pagando, pero sus intereses aumentaban cada vez más, pagando algo casi eterno.

—¡Hyung! ¿Qué haces aquí hoy? — Preguntó Park Jisung, uno de sus empleados y recién graduado veterinario, era solo un chico de veinte años con tierna mirada de bebe. 

Taeyong se acercó al mostrador, un gato color negro se subió al tiempo que él se recostaba sobre este.

— Buenos días para ti también, doctor Park. — Saludo el mayor, bajo la mirada al gato carente de mimos y toco su cabeza con delicadeza — Buenos días, Macarena. —

El lugar era pintoresco, muy espacioso y sobre todo muy bien cuidado, Taeyong era el dueño y con ayuda de tres chicos más mantenían el lugar, Jisung que ya llevaba un año trabajando para él, Kun y Yangyang. 

— No pensé que vinieras hoy, es tu día de descanso. — Argumento Jisung viendo a su hyung. 

— Vine a ver el proceso del dálmata que recibimos ayer, sus dueños estaban muy preocupados. — Dice tomando su bata de veterinario que portaba con pegatinas de animales. — Por favor, ¿Podrías ver los correos? Creo que hoy traen a un Cocker ingles a revisión. —

Jisung asintió obediente. El mayor entro a otro cuarto repleto de pequeñas habitaciones para los animales, su comodidad era muy importante ya que no quería hacerlos sentir mal durante su estadía dentro del lugar. Con cuidado camino hacia el perro manchado.

—¡Pecas! ¿Como estas, pequeña? — Saluda emocionado de ver al animal mover la cola en varias direcciones, se sentó sobre el suelo y fueron minutos de largos besos por parte de Pecas — ¿Me estas agradeciendo por salvar tu vida? Un par de besos son suficientes, deje tu intestino en perfectas condiciones, no comas plásticos o nos veremos de nuevo en el quirófano. — le dice de manera cariñosa.