Wrong guy [JAEYONG]

3

Habían pasado dos semanas donde Taeyong se veía envuelto con los hermanos Jeong, era consumido por Jaemin durante todo el día, tejiendo, oh bueno, aprendiendo hacerlo. Durante esas dos semanas también había intentado huir tres veces. 

La primera fue un lunes, a las tres de la tarde, pensó que tenía oportunidad cuando encontró la puerta del jardín abierta, cuando comenzó a correr en la infinidad de aquel lugar se sorprendió de lo extenso que era y cuando logró ver más arboles no contaba con que había varios hombres vigilando la zona.

—¿Qué haces paseando por estos lados, vet? — ese tonto apodo que le habían puesto, lo hacían para burlarse. 

Taeyong sin poder moverse comenzó a reír — Ah bueno, jugaba a las escondidas con Jaemin. — justificó, fue lo primero que se le ocurrió.

El chico más alto que él y mucho más fornido le enseñó su sonrisa irónica.

Mierda.

—Buen intento, muñeco. — dice, tomo una radio que tenía en sus pantalones — Vengan por el veterinario, del lado del bosque. —

Y esa había sido la primera vez que lo intentó. La segunda fue muy estúpida, y fue por la madrugada. 

— Pasos de pingüino, Taeyong... — bajaba las escaleras muy despacio, como el animal mencionado, todos dormían o eso pensó. Una vez abajo caminó hacia la puerta principal abriéndola fácilmente.

—¿Que haces despierto a esta hora, cariño? — la maldita voz sexy del señor sexy.

Taeyong saltó en su lugar realmente asustado, se giró con rapidez y una risa nerviosa broto de su garganta.

—¡Oh, Jaehyun! Me asustaste. — dice meciéndose en su lugar, el contrario lo miraba con una ceja levantada, tenía su pijama negro encima, seda. — Que linda pijama, recuerdo haberle visto una parecida a uno de mis amigos tú sabes que... — parloteaba sin parar

—Cierra la boca y también cierra la puerta. — se acercó al más bajo y le tomó de la cintura con brusquedad, Taeyong temblaba ante su toque, pero no temió en levantar la mirada y verlo a los ojos — Si intentas huir de nuevo, te amarrare. — sentenció con media sonrisa.

Taeyong parpadeo varias veces y con uno de sus dedos toco en hoyuelo evidente del más alto.

—No sabía que tenías esos fetiches. — con eso se fue corriendo a la habitación que le habían dado. Dejando a un señor sexy muy fastidiado y con el corazón golpeando su pecho.

—Maldito gato mojado. — bramó.

La tercera fue su favorita, si la recuerda comenzara a reír de nuevo. Esta vez si logró encontrar una carretera, después de huir de cada guardia que cuestionaban la casa, pudo encontrar una vía desolada pero que pasaban camiones de vez en cuando y autos.

Cuando observo que un auto se detenía para su rescate, salto contento como un conejo, pero su sonrisa se borró cuando la persona que bajó la ventana era Mark.

— ¿Te doy un aventón? — se burló el canadiense de su intento. 

Taeyong de mala gana se subió al auto, sabía que no podía luchar con el chico, experto en artes marciales.

—No le cuentes a nadie. — fue lo último que le dijo antes de escuchar la escandalosa risa del menor.

Y esos eran sus fallidos intentos, a veces pensaba que habría sido mejor aceptar el dinero e irse de aquella casa. Había sido un tonto, como lo había pronosticado Jaehyun desde el principio. La tensión que tenía con el jefe era otra cosa, desde los apodos cariñosos sarcásticos, hasta los toques que se tenían, le recordaba a un par de todos en el instituto.