Cosas que te quiero decir.

Justificable.

—¿Te parece justo todo esto, Liam?—Trato de parecer calmada, aunque por dentro esté hecha un caos —¿Crees justificable estas acciones tuyas?

—Jess, es solo una amiga— justifica el pelinegro frente a mí, Ruedo los ojos ante el comentario insolente de Liam.

"Claro, eso dice todos"

—Deja las cosas así Liam, no tiene caso hablar con alguien que quiera justificar sus actos.

—¡No estoy justificando nada, Jess!

—¡QUE NO, LIAM!. Con solo decir "es solo una amiga", ya crees que está todo resuelto— mi tono de voz se eleva a medida que Liam sigue abriendo la bocota para decir estupideces—¿Dios mio Liam, estas mal definitivamente!.

—Vamos Jess, no es nada, no hice nada ma...

—Hablar con esa chica de la forma en que hablaban ¿No es malo?, decirle "Te amo" a otra persona, hablar como si fueran algo más que amigos ¿Nada de eso esta mal?— las lágrimas amenazan con salir de mis ojos, queriendo no verme vulnerable; pero la impotencia que siento no se compara a lo mal que me hace sentir la situación.

—Esa conversación es viaje Jess, mira la fecha, son de hace cuatro meses— dice queriendo darme a entender muchas cosas.

—¿Desde hace cuanto llevamos saliendo, Liam?

—Lo suficiente como para que sepas que más nadie ha entrado a mi vida desde que apareciste en ella— que tierno, cualquiera le creería.

—¿Cuantos, Liam?

—Seis meses, Jess.

—Olvidalo; me voy para mi casa, no tengo nada que hacer aquí— doy media vuelta dándole la espalda caminando hacia el sofá en donde se encuentra mi bolso con mis pertenencias. En definitiva me siento demasiado alterada, no es algo por lo cual deba molestar a esta magnitud, pero siendo sincera ni a su madre le dice "Te amo".

Esas dos palabras, son demasiado fuertes, pero primero se debe de querer a una persona para después amarla.

Primero un "Te Quiero", "Te quiero a ti", "Quiero estar contigo", "Te quiero en cada faceta de mi vida", "Te quiero en mis momentos más vulnerables", "Te quiero en mis mejores momentos". Para así después continuar con un "Te Amo".

—Jess, no te vas para ningún lado hasta que hablemos todo esto— Liam llega a mi lado frenando todo aquello que estaba haciendo, recogiendo mi ropa y mis cosas de la habitación para así guardarlas en el bolso.

—¿No estábamos conversando?— aclaro mirándolo a los ojos.

—Eso no era una conversación, cálmate por fav...

—No me pidas que me calme, pediré un taxi y me iré a casa; cuando esté calmada hablaré, pero por ahora no— escupo de mala manera agarrando mi bolso y colocandolo detrás de mi espalda.

Observó como Liam toma la delantera y se coloca de espaldas a la puerta impidiéndole el paso.

—Por favor amor, no es justificar, es ser sincero y querer arreglar algo que de alguna manera hice y no lo vi mal en su momento—su respiración está acelerada y noto en su mirada un poco de tristeza.

—Habla rápido que el taxi ya viene en camino.

—Ella no significa nada, si, es una amiga pero no vas allá de algo, solo amistad— inicia a hablar, se que solo queda escuchar y entender— posiblemente te sientas insegura y estés a la defensiva del trato que le dí, pero para mi no significa nada, Jess; créeme por favor, si te digo que no pasa nada es por que así lo es.

—Déjalo estar, Liam. Son cosas que pasan y se sale de las manos, tampoco te digo que no tengas amistades o que te alejes de ellas por mi, solo que moderes tus actitudes y afectos hacia ellas porque crean malentendidos que a la larga pueden afectarnos— suelto tratando de calmar todo, pero es más para mi que para él, aun tengo esa espinita en mi pecho que me dice que aunque este mal puede estar siendo sincero.

El claxon de un auto se escucha a las afueras de la casa, la hermana de Liam nos avisa del otro lado de la puerta que el taxi ya ha venido a buscarme y siento un nudo en mi garganta, aun las lágrimas debatiendo por salir de mis ojos y ese dolorcito en el pecho indescifrable.

Liam poco a poco se retira de la puerta abriéndose pasa a esta— ¿Te vas?— pregunta tratando de contener las lágrimas, estamos dolidos, frustrados y en estas situaciones los sentimientos son tantos que te vuelves una tormenta.

—Hablamos, Liam. Te aviso cuando llegue a casa— tomo el pomo de la puerta abriéndola y saliendo por esta, desde ese momento pude liberarme y esas lágrimas que tenía contenidas salieron de mis ojos; no mire hacia atrás y mucho menos quise dar vuelta y regresar.

Mis emociones estaban un caos y si daba un paso hacia atrás sabía que con cabeza fría no iba a pensar.