RB| donde los jóvenes pertenecientes a la elite desafían las normas y se enfrentan a la adolescencia en su estadía en el internado más prestigioso del país.
O
donde Nina Martinelli intenta sobrevivir su adolescencia entre amores, musica y rebeldía...
—¿Puedes creer que mi mamá vino a saludarme cuando llegamos del viaje? —Nina arrugó el entrecejo—. Porque yo no, o sea ni mi papá hace esas cosas ya.
—Oye, pero eso está muy bien, ¿no era lo que querías? —Lupe la observo confundida.
Ambas estaban caminando y perdiendo el tiempo por el colegio antes de entrar a la clase de economía. Y ambas tenían sus problemas, pero creían que hablándolos se sentirían mejor, poniéndose al día con la vida luego del viaje.
—Pues, si... o sea, si quería que me notaran pero... pero es que no se, siento qué hay algo que no me están diciendo, ¿sabes? —se cruzó de brazos—. Mi mamá está demasiado rara desde que volvió de Argentina.
—¿Y crees que tiene que ver contigo?
—Pues no se, pero lo voy a averiguar —decidió, asintiendo para sí misma—. Además, ahora estoy obligada a pasar tiempo con los dos, así que algo de información debo conseguir.
—Pues eso está bien, solo no te metas en problemas, Nina, suficiente tenemos con Roberta —le pidió
Nina la miró, intentando suprimir su sonrisa—. Lupilu, yo no busco los problemas, ellos me encuentran a mi, ¿si?
—Si, ya, como no —rodó sus ojos, riendo un poco.
—Bueno, pero ya, dime, ¿le dijiste a tu tía lo de Nico? —preguntó curiosa, viendo como la expresión de Lupita cambiaba un poco.
—Ay, ni me lo recuerdes, no sabes como se puso —soltó un suspiro pesado.
—Pues me imagino, si que te alejaras de él fue la única condición que te puso para que fueras al viaje —Nina negó, un poco decepcionada.
—Si, pero tu misma lo has dicho, no puedo hacer nada con lo que siento —se encogió de hombros y luego sonrió como recordando algo—. Además, yo le prometí que lo voy a esperar. No importa cuánto.
—¿No importa cuánto? —bufó—. Ah si, claro, ¿hasta después de que rompan los platos en la boda o como?
—No, no digas eso, mira, yo siento que él también me quiere y vamos a encontrar una forma de poder estar juntos —se convenció.
—Pues está bien, yo solo espero que no sigas sufriendo —Nina acepto la derrota, pasando un brazo por los hombros de su amiga y continuando su camino.
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