32|| Ataques de Pánico

494 75 17
                                    

────・:✧∙✦∙✧:・────Ataques de Pánico ────・:✧∙✦∙✧:・────

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

────・:✧∙✦∙✧:・────
Ataques de Pánico
────・:✧∙✦∙✧:・────


—Te hice una pregunta, Roberta —reiteró Alicia—. ¿Por qué José Luján no se puede ir?

—Pues... pues porque no, porque... porque... nos teníamos que despedir de ella antes, ¿no? Como somos un grupo tan unido, pues la vamos a extrañar mucho —Roberta forzó a las cuatro a que se dieran un medio abrazo, mientras sonreían con nervios.

—Bueno, yo ya me voy —Luján no se conmocionó ni un poco por aquel abrazo.

Rápidamente, Roberta separó a José Luján del grupo para hablarle en privado, mientras Nina y Lupita detenían a Alicia y dejara que hablasen. No pudieron hacerlo durante mucho tiempo, pues Jose se fue sin mucho más y Alicia las envió a su salón yendo detrás de la muchacha.

Las muchachas amagaron con ir hacia el salón, pero cuando Alicia se descuidó, Roberta cambió de rumbo, llamando la atención de Lupe y Nina.

—Hey, Roberta, ¿qué haces? —Lupita fue en busca de ella rápidamente.

—La voy a seguir —expreso decidida.

—¿E-estás segura? —Nina estaba convencida de que era lo correcto, pero eso no hacía que se preocupara menos.

—¿Como que la vas a seguir? —la azabache no podía creer lo que escuchaba.

—Es por mi culpa que se quiere ir, ¿no? Pues... —miró fijo hacu donde se había ido con solo una idea en mente—. Yo la tengo que seguir porque Luján está loca, no se..

No espero ni un segundo más y se fue tras ella, dejando a las dos chicas detrás.

—No, no, Roberta, si no te van a correr a ti también, Roberta —Lupe intento detenerla pero no hubo caso.

Al ver que su amiga se había ido, Lupe volteó a ver a Nina que estaba muy callada y con una expresión pensante en su rostro.

—¿Y ahora que hacemos? —le preguntó exasperada.

Nina soltó un suspiro, cruzándose de brazos—. Esperar, Lupilu, solo podemos esperar.

Sin más que decir, volteó para dirigirse al salón de clases, siendo seguida por Lupita que luego de refunfuñar ya no tenía nada que hacer.

Nina pasó al salón sin decir más que un hola, pero Hilda ya estaba acostumbrada a su comportamiento, por lo que solo le indicó que tenía que hacer una monografía y para ese mismo día, la castaña rodó sus ojos y solo le dio un pulgar arriba.

La siguiente en entrar fue Lupe, que fue más respetuosa con la maestra.

—Buenos días, Miss, ¿me permite pasar a su clase? —preguntó desde la puerta.

rebel beauty | rbdWhere stories live. Discover now