Capítulo 22

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Podrían llamar ansioso a Jimin, pero el omega no tenía otra cosa en la que pensar que no fuera planear su propia boda. Y eso implicaba que pasara mucho tiempo en compañía de su cuñada Nayeon y su suegra alfa, lo más cercano a una familia que tenía en esos momentos.

Por supuesto que extrañaba a su padre, a Yoongi y anhelaba la compañía de su madre. Era la única que lo conocía tan bien que hubiera sabido cómo contenerlo ante el inminente alboroto. Habría hecho de la planificación algo más sencillo que la locura que parecía, pues el pequeño omega no se imaginó jamás que casarse con un hombre influyente como Jeon Jungkook traería aparejado invitar al menos a doscientas personas desconocidas a la celebración.

Para Jimin, debería haber sido una cuestión íntima entre familiares, pero en el universo de los Jeon, hasta esa unión se trataba de un negocio, donde se le quiso imponer desde la empresa de servicios de catering hasta el diseñador que podría hacerle el traje a medida.

Todas estas cuestiones, más que sugerencias, se sentían como imposiciones, y el pelirrosa se encontró abrumado. Eran muchas cosas que organizar en poco tiempo, antes de que su panza de embarazo fuera demasiado notoria.

Si bien él siempre deseó poder festejarlo de la manera que quisiera, el hecho de que terminaran contratando a una wedding planner para que se encargara sin consultarle, fue demasiado. Entre eso y que Nayeon junto a la señora Jeon fueran quienes tenían la última palabra, le molestó.

Estaba embarazado. Se suponía que tendrían consideración por él, no que se aprovecharían del malestar que le solía atacar a veces para disponer todo a su gusto.

Jungkook, ajeno por completo, estaba ocupado entre la adquisición de una empresa pequeña para anexarla a su compañía y los trámites con los abogados de Namjoon. Eran más las horas que se pasaba ausente que las que compartía con su omega, por lo que ni siquiera notaba la acidez en las feromonas de Jimin.

Hasta que llegó el día en que el más pequeño no aguantó más y se acuarteló en el nido. No dejaría que le manejasen la vida a su antojo. Si iba a pertenecer a esa familia, sería bajo sus condiciones. Así que se tomó las atribuciones que le correspondían para cancelar el turno con la diseñadora que se encargaría de su traje y les mandó un mensaje excusándose a Nayeon y la señora Jeon.

Media hora después, mirando películas románticas en la calidez del nido, con un pote de helado entre las garras y bajo toneladas de prendas de su alfa, encontró la calma que necesitaba.

Si bien despreciaba permanecer en soledad, debía admitir que podría acostumbrarse a la quietud que reinaba en el departamento. No había que recorrer de aquí para allá en búsqueda de floristerías, pastelerías, maquillistas, bandas en vivo, fotógrafos, etc. Sólo estaban él y sus cachorros, resguardados y acurrucados.

Desafortunadamente, la calma no duró mucho, y escuchó el sonido de las llaves en la entrada y las pisadas contundentes de alguien que subía las escaleras. Suspiró al adivinar de quién se trataba.

–¿Se puede saber por qué dejaste plantada a una de las mejores diseñadoras de Corea? –le espetó el alfa.

Debía haber adivinado que alguna de las Jeon se chivaría su hazaña.

–Avisé que no iría. Eso no es dejar plantado a alguien –le corrigió.

Jungkook se cruzó de brazos contra la puerta de su habitación. El color verdoso de su traje de tres piezas le sentaba bien. Costó no pegarle un repaso y fingir enojo.

–Jimin –le escuchó replicar.

El omega gruñó y se cubrió el rostro con las primeras prendas que encontró a mano, como si omitir la visión del alfa lo hiciera desaparecer mágicamente. En realidad, no sólo podía percibir el amargo olor del café flotando en el ambiente, sino que la conexión a través del vínculo le informaba sobre el disgusto que sentía.

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⏰ Last updated: May 12 ⏰

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Esclavo del Placer ║ Kookmin (Omegaverse)Where stories live. Discover now