Prólogo

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MIDAS TOUCH PROLOGUE,
history of man

MIDAS TOUCH PROLOGUE,history of man

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Daphne, mayormente asociada con agua dulce, era una hermosa náyade, una figura prominente de la mitología griega, e hija del dios del río Peneo y Creúsa, una sacerdotisa de Gea que ademas era un ninfa de las aguas. Según muchas fuentes, era la personificación del laurel — un hermoso árbol cuyas hojas tenían forma de guirnaldas — y conforme ciertas fábulas, Daphne también vivía en solitud en los frondosos bosques, con la naturaleza siendo su única compañía. En otros medios, era una agraciada doncella, antigua sacerdotisa del oráculo de Delfos, y casi siempre cazadora de Artemisa.

Pero, por supuesto, como ha sucedido con todas las mujeres a lo largo de la historia, la fama de Daphne era y sigue siendo eclipsada gracias a un hombre: dos, para ser exactos.

Apolo era el dios de la profecía, oráculo, música y poesía, entre otros, pero era fundamentalmente popular por ser la deidad del sol, y Eros era la divinidad que reinaba sobre el amor, especialmente el apasionado: como escribió Hesíodo, Eros afloja los miembros y debilita la mente. Apolo, con un ego igual de grande que la estrella sobre la que reinaba, cometió la insensatez de mofarse de Eros tras presenciar como tensaba su arco, expresando su desacuerdo con semejante acción ya que en su cerebro, el dios del amor debería limitarse a eso: a asuntos de amor. Eros no apreció que el contrario implicase que sus habilidades eran mayores a las suyas, por lo que decidió tomar represalias.

Voló a la cima del monte Parnaso con la elegancia de un cisne, donde decidió ejecutar su vendetta: disparó dos flechas, una dorada con extremo afilado y una mellada con plomo debajo de su asta. La que estaba chapada en oro encendía la pasión del amor en el ser de una persona, mientras que la otra incitaba totalmente lo contrario. Apolo fue víctima de la primera, y Daphne recibió la segunda.

Sin embargo, su lealtad estaba fieramente ligada a su diosa, Artemisa. Daphne estaba completamente dedicada a ella, eligiendo pasar su tiempo en el bosque, donde cazaba, bailaba y exploraba, e ignoraba a sus incontables pretendientes, siempre desesperados por su mano: pero todos sabían que su virginidad, al igual que las deidades a las que adoraban, era eterna. Muchos estaban en desacuerdo, especialmente Peneo, quien ansiaba nietos y un matrimonio para su hija: él aceptaba su estilo de vida, pero sabía que la belleza de su retoño jamás podría pasar desapercibida.

Desgraciadamente, estaba en lo cierto.

Tan pronto como Apolo posó sus ojos en la bella náyade, decidió que debía tenerla, ignorando su obvio desinterés en él. Cuando ella huyó, la persiguió sin hesitar, incluso cuando era consciente de que la acobardada muchacha huía de él como una presa lo haría de un depredador. Estaba incrédulo, ¿cómo tenía la audacia de correr de él, de él, quien no quería nada más que ser suyo y ella de él? Su corazón debería sentir lastima y dolor por él, pero lo único que salía de la boca de la náyade eran rechazos, y sollozos desesperados. Apolo y Daphne estaban a la par: su pequeña "carrera" — que consistía en ella tratando de escapar de él — terminaría pronto.

MIDAS TOUCH, twilightWhere stories live. Discover now