Capitulo 28

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POV Ivón

Cuando despierto lo primero que veo es el rostro de Andrew con algo en la mano. Parpadeo varias veces para descubrir que es y él al darse cuenta de que desperté sonríe.

Yo me siento en lo que parece ser una cama y el pelirrojo me mira ahora con gesto de preocupación—¿no te duele en ninguna parte o te sientes mal?—me pregunta y yo niego con la cabeza—¿de verdad no?—lo miro.

—Al parecer le importo a Andrew aunque sea un poco—pienso en mis adentros y al pensarlo me hizo extrañamente feliz.

—¿De verdad señorita?—se acerca una señora con vestido azul cielo con el gesto serio dándome cuenta también de que ella estaba en el pequeño cuarto y además note que solo estaban ellos dos aquí conmigo.

—Sí, realmente me siento bien—ambos cruzan miradas como si estuvieran algo sorprendidos por mi salud.

—El joven estuvo muy preocupado por usted— comenta la señora y yo observo ahora a Andrew.

—¿Si?—dije y ella asiente con la cabeza mientras Andrew observa el trapo en su mano.

—Estaba tan preocupado por usted que le quitó el vestido y le revisó el cuerpo de forma minuciosa queriendo saber de donde provenía la sangre en el vestido.

—Oh, ¿en serio?—fue lo que se me ocurrió decir sonrojandome un poco.

—Así es—dijo la señora—yo voy a salir para dejarlos asolas un rato—añade saliendo por la puerta y cerrándola tras de sí.

Andrew se acerca a mi—¿realmente estas bien?—me pregunta como si no lo pudiera creer del todo y yo asiento con la cabeza en tanto él pasa su mano por ella con una mirada tierna—quiero que sepas que tu me gustas Ivón—baja su mano a mi boca y con el pulgar rosa mis labios además de acercarse más a mí y el corazón se me comienza acelerar—mucho Ivón tanto como para llegar a amarte—me besa y yo dejo que lo haga hasta que pienso...

—No puedo seguir con esto, yo debo volver al futuro no puedo quedarme, yo...—me separo de él y Andrew con sus ojos cerrados aún lo alejo un poco de mi con la mano y el frunce un poco el ceño.

—¿No te gustó?—Andrew abre los ojos y me mira con esos ojos tan hermosos de color gris.

—¡Ah!, ¡¿desde cuando me parecen hermosos sus ojos?!—me agarro la cabeza con las dos manos y él sonríe un poco.

—Si te gustó, ¿verdad que si?—no le contesto y miro sus labios otra vez como si esa fuera la respuesta y él sonríe—te gustó y eso es lo que te preocupa ¿cierto?

—Yo...—alguien toca la puerta salvandome de la respuesta.

—Pase—decimos al unísono y entra la señora con un hombre vestido con un kilt sin embargo, este era de otro color diferente al de Andrew.

—Oh, si ella está muy bien hasta está colorida su cara—comenta la señora.

—Si, señora. Ella se ve muy adorable así—manifiesta el pelirrojo y a mí se me calientan ahora hasta las orejas de un poco de vergüenza.

—Ya—digo queriendo que dejen de ver mi sonrojes.

—Bueno, si no es molestia me gustaria quedarme solo por esta noche y mañana partimos—le manifiesta Andrew.

—Si, claro que pueden quedarse en esta misma habitación puede ser también—la señora con el señor que vive con ella que tiene que ser su esposo aceptan y después sale Andrew del cuarto a traerme algo de comer que esta preparando la señora y yo tomo ese momento para mirar mis pies para ver si realmente no tengo nada y era así, no había quemaduras ni en la ropa ni en mi piel y yo, lloré agradecida de mi ADON pues, él me salvó como lo hizo con el profeta Daniel no fue quemado nada de él cuando fue lanzado al horno de fuego ni él, ni lo que estaban con él. 

Una luz en la oscuridadWhere stories live. Discover now