Parte 13 ORIANA

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Como si estuviera en el más hermoso de los sueños. Así me sentí la noche que celebramos seis años juntos, y mientras cenábamos en un ambiente en extremo romántico, con el acompañamiento de carros de fuego (la primer melodía que bailamos como pareja), Justin se arrodillo a mi lado, y sacando una cajita del bolsillo de su camisa, la abrió dejando ver dos alianzas pidiéndome que me casara con él. Como olvidar ese momento.

De mutuo acuerdo llegaríamos juntos a la ceremonia civil donde nos esperarían los testigos (Ian y Caro los de Justin, Blake y Bea los míos) y luego iríamos a celebrar en un restaurante recomendado por Ian, cuya comida por cierto resulto digna de dioses.

Finalmente llego el gran día. Termine de vestirme con el enterito elegido (pantalón y blusa dos en uno color turquesa, sandalias blancas con tiras en x, y en el pelo un moño en forma de corazón, decorado con pétalos de rosas amarillas, y fui al living... para casi desmayarme al ver a Justin con ese smoking que le quedaba como hecho especialmente para él y luciendo unos impecables zapatos negros.

–Just... Justin mi amor estas... espectacular. - Vos también esta deslumbrante princesa.

Un ratito después llegábamos al registro civil. La verdad es que Bea tuvo que "golpearme" varias veces para hacerme volver de Justinlandia. Finalmente firmamos el acta que nos convertía oficialmente en esposos, y de allí nos fuimos a almorzar.

Pero a verdad es que no podía pensar sino en todo lo que le haría a Justin cuando llegáramos a casa. Y por la forma en que me miraba supe que l le pasaba lo mismo. Finalmente llegamos poco después de las cinco de la tarde.

Fuimos directo al dormitorio. Puse música suave tras lo cual me senté en la cama, sin dejar de mirar a Justin mientras se desvestía lentamente hasta quedar como vino al mundo. Luego fue a la inversa tras lo cual... bueno, solo diré que fue MARAVILLOSO.

Esto fue un miércoles. La ceremonia civil., sería el siguiente sábado al mediodía. Finalmente llego EL DIA. De común acuerdo, los hombres se prepararían en la casa de Justin, y yo en la de Bea y Caro, donde Ian y Ake me irían a buscar para llevarme a la iglesia, y lo mismo harían Caro y Bea con Justin.

Poco antes de las doce, mis hermanas se fueron a buscar Justin. En el preciso momento que se iban, llegaron Ian y Ake. Finalmente fui a su encuentro.

Los mire sonriendo. La verdad es que estaban impresionantes. Ian llevaba un smoking. Ake un pantalón y saco gris, corbata negra y camisa blanca. En ambos casos iban con zapatos negros. Les guiñe un ojo.

–Mis hermanitos están guapísimos. –Vos también estas preciosa Ara. Garantizado que hoy Justin será la envidia de todos los hombres presente. –¿Nos vamos Ara?. .-Nos vamos.

Finalmente llegamos a la iglesia. En la puerta nos esperaban Alexander el niño de los anillos hijo de un empleado de Justin) y la niña de las flores (hija de una de mis empleadas (irónicamente se llama Magnolia). Ambos de siete años. Finalmente entramos. Primero Magnolia. Unos cuantos pasos por detrás iba Alex, y finalmente entre del brazo de mis hermanos.

La verdad es que estaba que no daba más de los nervios... hasta que Justin se giró y nuestras miradas se encontraron. En ese momento me olvide de los nervios y Justin y yo éramos lo único que existíamos en el mundo. Y cundo finalmente tome su mano, sentí que flotaba de tanta felicidad. Tras un muy breve beso le sonreí.

-Por fin llego el gran día mi amor. –Así es princesa. Finalmente vamos a terminar de unir nuestras vidas para siempre.

La verdad es que estábamos tan perdidos en el los ojos del otro, Bea y Ake tuvieron que "golpearnos" varias veces para llevarnos a la realidad. Finalmente llegó la hora de intercambiar alianzas y decir nuestros votos.

Finalmente, luego de una sesión de fotos relativamente larga (entre otras en un castillo cerca de la iglesia, con un jardín que nada tenía que envidarle a los más hermosos del mundo), llegamos al salón donde sería el almuerzo de celebración. Nuca olvidare la MARVILLOSA experiencia, que fue bailar el Danubio Azul con Justin.

La verdad es que las decoradas se habían LUCIDO con el salón. En cada pared había cuatro grandes ramos de rosas (alternando blancas, rojas, amarillas y color salmón), y a cada lado de ellos, había cuadritos que mostraban diversos momentos de nuestra relación. Entre otros, viendo una puesta de sol en la playa, y el día que nos comprometimos.

En el mismo centro del salón, había tres mesas en forma de letra ene, con manteles turquesa, blanco y verde y a ambos lados, sillas para los ciento y algo de invitados. Cerca de una de las ventanas había una mesa con un mantel multicolor para la docena y media de niños presentes (desde los siete a los doce años). En el fondo del local, tenían un salón con pelotero, disfraces, libros, cancha de futbol y diversos juegos de mesa.

Para los niños había papas chips y fritas, hamburguesas, hot dogs, nuggets de pollo, e igual que los adultos, tendrían canilla libre de bebidas gaseosas y jugos de frutas.

Como entrada, a cada adulto se le entrego un plato con mini pitas rellenos, variedades de sushi, arrolladitos primavera, ensalada caprese, y huevos rellenos. Como plato principal, lasaña fría de frutos de mar, o bifes de salmón con salsa de espárragos.

Cuando llegara el momento, habría una mesa aparte para la docena de postres que habíamos pedido (entre estos carrot cake, y lemon pie) que las/los camareros contratados servirían, y para acompañarlos, café y té de canela, jazmín y mandarina entre otros muchos sabores. Y para cuándo llegará el momento de cortar la torta de boda, lo acompañaríamos con champagne y bebidas gaseosas para los niños.

Pero finalmente llegó el momento que tanto esperaba. El d volver a casa para pasar nuestra noche de bodas, previo a la luna de miel, para la que de que de mutuo acuerdo nos iríamos tres semanas a Grecia. 

Vos y yo contra el mundoWhere stories live. Discover now