{find a way back home}

104 20 27
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Seokjin era un hombre de costumbres, por lo que era normal que saliendo de la universidad pasara por su cafetería favorita en búsqueda del café de la semana y lo tomara leyendo un libro random que le entregaban en su clase de Lengua Inglesa hasta que fueran las siete de la tarde. Dentro de la inflexibilidad con la que el resto lo presenciaba, siempre impoluto, correcto y con el rostro impertérrito, Jin tenía su propia forma de desafiar su necesidad de control y esta era dándosela de forma de sorpresa a algo que dentro de todos los cánones, seguía siendo previsible. El café de la semana solía repetirse cada seis o siete semanas (algo que había estudiado incluso antes de hacer frecuente su decisión de acudir durante cinco días a la semana por un café extraño), por lo que Jin nunca se encontraba con algo increíblemente exótico a pesar de que la leche de almendras para él rayaba lo extraño, sin embargo le había tomado el gusto de todas formas debido a Hoseok, quién no dejaba de atormentarlo con sus extrañezas y con las nuevas adquisiciones de comida que según él "venían a revolucionar la vida culinaria", sin embargo, Jin lo aceptaba gustoso. Él era una persona que amaba con todo su corazón y entendía que ese amor muchas veces se evidenciaba con hasta los más pequeños entendimientos, por las concesiones más pequeñas, y él era feliz de entregárselo a sus amigos, pero volviendo al tema principal, Jin era un hombre de costumbres, un hombre que durante toda su vida había estado tan privado del control de su propia existencia, su propio cuerpo, que continuamente buscaba estabilidad en lo que podía, es por ello que generalmente los cambios no eran algo que le agradara del todo, y que fácilmente podrían desestabilizarlo, por lo cual aquella tarde luego de que fueran las siete y se dirigiera hacia el instituto en donde daba clases particulares a bajo costo pero que era más que suficiente para su subsistencia y luego se encaminara al trabajo de Namjoon para pasar a buscarlo y dirigirse hacia sus respectivos dormitorios en el campus de la Universidad para cenar los tres mejores amigos en conjunto, es que no apreció en nada la intervención de Hoseok, quién nuevamente en sus extrañas idas y vueltas, había encontrado de sorpresa algo en lo que era increíblemente bueno.

Quizá Seokjin no lo admitiría, siendo un hombre de ciencias y de costumbres, pero el hecho de que Hoseok haya encontrado el tarot en conjunto con otros aspectos más intangibles, había hecho sonreír a todo el grupo nuevamente y los había sacado de esa rutina un tanto despreciable de entregarse al estrés de las clases y de la constante necesidad de generar dinero para pagar por sus respectivas necesidades, es por ello que a pesar de no creer en las cartas ni en las lecturas del futuro, estaba agradecido de que estuviese en la palestra para ellos, porque cada día Seokjin se iba a dormir con la idea de que sus amigos estaban felices, que él estaba feliz, y que eso calmaría cualquier tormento que viniera de la mano de ahora en adelante.

—¡Oh! ¡Vamos, Seokjinnie-hyung! No es nada del otro mundo, —habían tomado unas cuantas cervezas y como ya acostumbraban, Hoseok solía ser el peso más liviano de todos ellos quién, con solo una cerveza y media, se podía decir que ya estaba más en el límite de ebrio que de sobrio. —Tampoco es como que las cartas vayan a decirte que te morirás mañana, no funciona así.

across the universe | taejinWhere stories live. Discover now