09/ Kol Mikaelson

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Segunda parte del one shot 0/3

...

Me recuesto a mitad de la calle, mirando el cielo estrellado. Mi mirada fija en cada piedra brillante, pero mis pensamientos en todos lados. Mis ojos se llenan de lágrimas, que se deslizan hacia mi sienes hasta terminar de caer en el duro asfalto.

No puedo creer que el echo de que esté vivo me duele más que cuando no lo tenía. Pero, es lo mismo, porque no lo tengo mas a mi lado. Aún recuerdo la expresión en su rostro cuando me vio de pie en la escalera. Agonía, confusión y dolor. Puro dolor.

Eso es lo que aún no comprendo, ¿Por qué le dolería verme? ¿Nunca me quiso? No, el me amaba. O eso quiero creer. Nos conocimos hace tantos años que ya perdí la cuenta. Me observó con tanta confusión, como si estuviera viendo a un fantasma.

Salgo de mis pensamientos al escuchar un auto estacionarse a metros de mi. Cierro los ojos al escuchar pasos apresurados.

— ¿Hola...?

Es una chica.

Se inclina hacia mi con preocupación, cuando está por tocar mi cuello para corroborar mi pulso abro los ojos. Ahoga un grito de la impresión, mientras se endereza con torpeza yo por mí parte la observó seriamente. Estará en sus treinta, rubia y horrorizada.

Me falta el pequeño detalle, estoy cubierta de sangre.

— Hola —saludo.

Me levanto notando que es mas baja que yo, dato innecesario.

Se aleja de mi a pequeños pasos, tratando de ser disimulada.

Sonrió de lado con maldad, mis ojos cambiando. El filo de mis colmillos me rozan los labios rojos, mi rostro se transforma mostrando mi verdadera naturaleza.

— ¡OH POR DIOS!

El grito resuena en la calle desierta, se gira para correr hacia su auto. Voltea, pero ya no estoy en el mismo lugar. Corro a velocidad vampírica apareciendo frente a ella.

La observó fijamente, sus pupilas se dilatan.

— Quedate quieta —ordeno—. No grites y no hables. Sólo escucha.

Se mantiene inmóvil, las lágrimas ruedan por sus mejillas y yo las observó sin emoción alguna.

— ¿Alguna vez te enamoraste?

No responde, rio al ver que no puede. Sus ojos demuestran la impotencia de no tener el control de su propio cuento.

— Lo siento. No puedes —observo los arboles con aire ausente— Yo si. Una vez. Era un romance perfecto, duro tanto tiempo pero a su lado el tiempo no era suficiente. Nuestro amor era pura pasión y dedicación al otro que para mí nunca existió la posibilidad de amar a alguien más. Pero... —mis ojos se llenan de lagrimas—. Lo perdí. Me lo arrebataron, sufrí tanto que pensé en acabar con... todo.

Es la verdad, de no ser por mi mejor amigo lo hubiese echo.

— Hasta que lo volví a ver —comente con amargura—. Vivo y al lado de otra mujer. El se veía tan feliz, como cuando estaba conmigo. Y sentí tanta impotencia y confusión que sólo... Me fui.
Paso solo una semana y me ah estado buscando, lo cual es confuso para mí. Quiero decir... ¿Por qué no me busco lo últimos años? ¿Por qué ahora?

No respondió. No podía. Suspiré, secando mis lágrimas alejándome de la muchacha.

— Vete.

Cuando se dio cuenta de la movilidad de sus extremidades, se abalanzó hacia su coche. Lo pensé unos segundos y la seguí.

One Shot- The Vampires Diaries Donde viven las historias. Descúbrelo ahora