"Vulturi" | Carlisle Cullen [BL]

6.2:

“ Romanos: 12-19 ”
•

—Conozco a Aro, pero no a los otros dos. —sosteniendo su barbilla, mirando a la nada, André piensa en la información que Carlisle le acaba de dar. Era interesante como habían resultado las cosas para el clan, pero se alegraba de que hubiera resistido e incluso crecido aún más desde que había "desaparecido" con sus hermanos.

No le agradaba Aro cuando lo conoció, había sido decisión de uno de sus hermanos convertirlo, pero al menos debía admitir que hizo un buen trabajo en su ausencia. Sin embargo, no sabía qué pensar sobre la manera en que llevaba las cosas. Se preguntaba qué pensarían sus hermanos, quienes eran los que en realidad lideraban y tomaban las decisiones cuando iniciaron con su pequeño aquelarre.

—Te diré más si nos acompañas. —Carlisle intenta negociar con conocimiento e información, pero André puede ver la desesperación detrás de esa mirada dorada de apariencia inescrutable.

André lo estudia en silencio, tan estático como una estatua. Permite que Carlisle nade en la incertidumbre, que se ahogue en ella mientras piensa qué hacer. Demonios. Aún no sabía. Había pasado la noche entera intentando pensar con paciencia qué debía hacer, qué era lo correcto, pero su mente seguía demasiado perturbada y aturdida, apenas podía concentrarse. Sus emociones, aún frescas, ofuscaba su razonamiento. Era un enredo de sentimientos y pensamientos que le agobiaban al punto de marearlo entre una cosa u otra. Era simplemente demasiado.

No había tenido tiempo de ni siquiera procesar lo que había ocurrido entre Carlisle y él la noche antes del ataque. Perdió a sus hermanos, fue traicionado, antes de eso fue rechazado de la peor manera posible, humillado; arruinó una amistad que apreciaba y luego estaba allí, 352 años después frente al causante de sus males. Y se sintió tan molesto, herido, furioso, era un mar de sentimientos que se mezclaban en un sin sabor que también le hacía sentir culpable, confundido, perdido en una situación que escapaba de sus manos aunque pareciera que estaba bien, que tenía el control. Era como caer en una espiral que no paraba de dar vueltas, intentado que se detenga para poder levantarte o escapar en busca de estabilidad. Dios, se sentía tan al borde.

Y las únicas personas que podrían calmarlo, centrarlo en el camino correcto, no estaban.

—Primero dime, Carlisle. —descruza sus brazos en un intento de calmar el desastre en su interior, volviendo a caminar por el bosque. —¿Qué le ocultas a tu familia? —pregunta dándole la espalda al vampiro.

Carlisle tarda unos segundos en seguirlo, pensando en cómo responder a la pregunta de André.

—Ellos... No saben nada de mí pasado, sólo que fui pastor por un breve periodo de tiempo. —era lo único que debían saber, era lo único que él quería que supieran.

Cuando decidió que seguiría su camino como un vampiro, que tomaría aquello de una manera oportuna en lugar de una maldición, se prometió a si mismo que sería diferente al Carlisle que había sido obligado a ser. Enterró sus errores, enterró su vergüenza para siempre. O al menos, eso había creído. Tantos años después, allí estaba enfrentándose a aquellos sentimientos de cuando sólo era un niño temeroso.

Y no importaba cuánto tiempo pasara o cuánto cambiara, cuánto aprendía o comprendía de ese nuevo mundo, había cosas que no podía aceptar sobre sí mismo. ¿Cómo podría? Simplemente no sabía cómo, sentía que era demasiado tarde para él. Lo había ignorado por demasiado tiempo, en lugar de enfrentarlo o ser sincero consigo mismo. Y luego estaba su familia, la imágen que tenían de él, el miedo de que eso cambiara. Carlisle no era tan valiente como creían, o tan comprensivo cuando se trataba de él mismo.

—Y Edward puede leer la mente, ten... ¿Podrías tener cuidado con lo que piensas?

André se ríe por la advertencia —Pero, ¿qué exactamente quieres ocultar de ellos? —presiona. Y ni siquiera sabe por qué lo hace, sólo lo hace. —¿El haber sido parte de las cacerías? ¿El haber asesinado a mis hermanos? ¿El haberme lastimado a mi? —suelta todas aquellas especulaciones que se habían amontonado en su interior. —Ellos no te creen capaz de eso, ¿Cierto? Así como una vez también confíe en ti. —se burla de sí mismo. —¿Por qué lo hiciste, Carlisle? —volviendo a detener sus pasos, encara a Carlisle, quien por un segundo parece sorprendido por su pregunta. Y aún así, sabía que ese momento, que esa charla, se daría.