-Papá, ¿puedes oírme? -activé mi link apenas salí de casa.

-Claro, cachorro; ¿qué necesitas?

Yo sonreí, amo la forma en la que él es expresivo conmigo.

-¿Dónde estás?

-En el campo de entrenamiento número cuatro, ¿por qué?

-Voy en camino.

-¿No deberías quedarte con Taehyun?

-Taehyun está durmiendo.

-¿Y? Aún deberías quedarte, no es seguro para él estar aquí, y...

-Mama no piensa lo mismo.

El silencio por unos segundos me hizo aguantar una sonrisa.

-Te espero aquí.

Reí un poco y seguí caminando.

-Mierda, ¿por qué no traje mi gorra?

Miradas curiosas, esperanzadas, juzgándome en silencio o con pequeños susurros inevitables para mis sentidos, me rodearon. Tan incómodo y sofocante, pero no lo suficiente como para que baje la cabeza. Preferible ser el centro del pueblo, que llevarle la contraria a mi madre. Y siguiendo con su crianza, nadie notará mi descontento; demostraré que mi decisión es firme, y no les crearé falsas ilusiones. Sobre todo, no agacharé la cabeza delante de los cuatro arrogantes betas que se formaban delante de mi padre. Ellos notaron mi llegada, y yo el temor que recorría sus cuerpos.

-Muy bien, ¡comencemos!

Una mañana interesante...

Dos horas después ya podía entender por qué mi padre no se decidía

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dos horas después ya podía entender por qué mi padre no se decidía. No es por egocéntrico, pero esos betas no me llegaban ni a los talones. ¿Se supone que uno de ellos sería la mano derecha de Yeonjun? Claro que no, no era posible. Es decir, no es que fueran malos. Pero a comparación conmigo, es imposible que Yeonjun se conforme. Y si soy completamente sincera, mi lado salvaje siente celos. Luché por ser su perfecto compañero (irónicamente, sí lo hice y me odié por ello); me adapté a cada uno de sus gestos, y no veo que alguno de los presentes esté dispuestos a alcanzar dicho nivel. Si con tan poco tiempo ya se agotaron, ni me imagino en un campo de batalla. Les hace falta entrenar con mi madre; ella sí los endereza o los manda la tumba.

Cariño!

-¿Mamá?

-Cariño, puede ser que haya perdido a Taehyun...

La sonrisa de mi rostro se borró.

-¿¡Lo perdiste!? ¿¡Cómo, que lo perdiste!?

-Cuidado con tu tono, jovencito.

Amenazada, bajé un cambio.

-Lo siento, mamá... ¿Cómo fue que lo perdiste?

-No lo sé, solo salí por unos minutos para ir a la despensa y luego ya no estaba.

Rechazo(Yeongyu)Where stories live. Discover now