pick ups y preguntas

81 7 3
                                    

Una de las cosas favoritas de Louis eran estar debajo de un montón de tuercas de un motor, pero aquel día, en realidad lo estaba odiando. La cara de pocos amigos que mantiene mientras divisa sin descifrar nada de lo que está sucediendo adentro de esa pick up lo evidencia. Podría decir que el arrepentimiento de su procrastinación está dando frutos en esos momentos, pues había pasado una eternidad desde que se dignó a trabajar en ella. 

Y ya recordaba porqué. 

Para ese punto su ropa ya es un desastre de aceite, y cree que el olor de aquel aditivo puede emborracharlo en el próximo instante si se queda por más tiempo ahí. 

Respira, y es entonces que escucha la campanita que indica cada que la puerta del taller es abierta. Está de espaldas a ella, y su primer pensamiento es creer que se trata de su padre, pero el aroma de un alfa desconocido se filtra de inmediato. Su nariz pica ante la fuerte esencia. 

Cuando deja sus asuntos sobre aquella camioneta, se torna hacia la nueva presencia, y repara que se trata de nadie menos que Anthony Shirley, el sueño de aquella monstroucidad. Sus mejillas se encienden gracias a la mirada un tanto condescendiente que le lanza de arriba a abajo. Sabe que luce desastroso  y sucio, muy a diferencia de él, quien se ve impecable en su caro atuendo de chico pudiente. 

Ya se está esperando el tipo de trato que tiene reservado para él, y aún así le da el beneficio de la duda. 

—Tomlinson —saluda el alfa dando un vistazo hacia todo el taller y después centrándose en la camioneta que ocupa el mayor protagonismo de entre todos sus proyectos mecánicos del momento. 

—Shirley. 

—¿Cómo va esa chatarra? 

Louis se ríe sin ganas mientras va por un trapo húmedo para limpiarse las manos. 

—Bastante bien de hecho. 

—No te creo. 

—Claro que si, ¿por qué no echas un vistazo? —le reta y el alfa apenas disimula una mueca de disgusto. Sin embargo,  se acerca hasta donde él está. —Vamos, no muerde. 

—Ya se que no muerde, una cosa tan horrenda como esa no podría. 

—Hey, hey, más respeto, ¿sabes que tienen sentimientos? 

—Una mierda —suelta una risa irónica. 

—En serio. ¿Qué nunca has escuchado esas historias de que los autos no prenden o se descomponen solo cuando cierta persona está manejando? 

Louis vacila, pero el chico parece meditarlo por algunos segundos en su cabeza. No duda que sea el tipo de individuo al que le suceda ese tipo de situaciones conociendo lo mimado que es. Ni tampoco que su pequeño cerebro se crea todo lo que cuentan sin razonarlo.

—Ay ajá... 

—¿No me crees? Súbete. 

Anthony le mira con recelo y parece ser su semblante retador el que le anima a subirse al asiento del conductor. El motor emite un rugido alborotado cuando gira las llaves e intenta encender la camioneta. El omega se contiene una risotada cuando después de varios intentos, no logra prenderse. Observa el esfuerzo que le pone a cada vuelta de llave, pero nada resulta. Este no está dispuesto a prenderse bajo las manos de Anthony. 

—¿Y así se dicen ser mecánicos? —se mofa. 

—Los mejores en el pueblo. 

—Y los únicos. 

—Para tu buena suerte —Louis le guiña un ojo y el alfa pone los ojos en blanco. 

Luego de otros intentos más, la camioneta no cede y finalmente termina bajándose del asiento con un resoplido molesto y con un porcentaje menos de orgullo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 01 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Moka pot MondayWhere stories live. Discover now