Capítulo 28 | Tu ligue

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Aurora

Cuando se había hecho real la cercanía entre Alaric y yo de la que especulaba todo Twitter las últimas semanas, se había dejado de hablar de ella. Y yo que me alegraba. La atención había sido desviada de nosotros como "pareja" y se había centrado en nuestros trabajos en nuestros respectivos podcasts, por suerte. En mis comentarios de las redes de En las nubes ya no había tantas personas mencionando a Alaric, lo mismo en los de Enfoque Whitman. Aunque en mi perfil personal les estaba costando más, porque a cada foto que subía sola, siempre había algún comentario mencionando el nombre de Alaric, aunque no su usuario directamente. Cosas tipo «A Alaric le gusta esta foto», «Qué suerte tienen algunos (Alaric)» o «No sé cómo a Alaric le puede gustar esta chica».

Un poco de todo.

Aun así, no le prestaba tanta atención a las redes esos días, pues solo quedaban tres semanas oficiales de clase (realmente solo dos para acabar) y todos los exámenes finales eran esa misma semana. Estábamos a martes, ya me había examinado de un examen el día anterior, y pasaba más horas en la biblioteca que en cualquier otro sitio. Ya me había organizado para poder grabar el podcast y es que lo haría los días de siempre, pero a las cinco y media de la mañana, para así poder hacerlo en una hora u hora y media, y editar mientras desayunaba antes de marcharme a la universidad. No pasaba consulta esa semana, así que por las tardes me sentaba en una de las mesas de la biblioteca de la uni y allí estaba hasta el cierre, a las seis. De ahí me iba a casa, cenaba, estudiaba un rato más y a dormir temprano.

Años anteriores habíamos ido juntos a la biblioteca algunos compañeros de psico y yo, sin embargo en el máster nadie quería pisarla, lo que hacía que tuviera que estudiar sola. A mí me gustaba tener un compañero con el que poder exponer mis conocimientos y que me pudiera corregir, y lo mismo a la inversa. Al hacerlo sola, debía enfrentarme a los errores cuando el examen fuese corregido.

Mientras salía hacia la máquina de café que había casi a la salida de la biblioteca, el móvil me vibró dentro del bolsillo. Al sacarlo, vi que era Alaric.

―Hola ―saludé bajito.

Ya llevábamos unas semanas con encuentros casi diarios que, sinceramente, me tenían un poco confundida. Alaric decía que no quería pareja y todo lo que conlleva eso, sin embargo, allí estaba él, presentándose casi cada día a mi casa con algo para que cenáramos juntos, otros venía a verme grabar el podcast, otros me invitaba a mí a su casa... Todavía no me había propuesto salir fuera y hacer planes juntos, pero a ese paso no me extrañaría.

Y, ojo, a mí no me molestaba. Solo me confundía.

―Hola, ¿por qué hablas en susurros? ―susurró también y a mí se me escapó una risa.

―Estoy en la biblioteca, estudiando.

―Oh, perdona...

―Nada, no te preocupes, estoy yendo a la máquina de café a por uno. Están malísimos, pero me apetece un café y no quiero salir. ¿Todo bien?

―Sí, todo bien. Solo te llamaba para preguntarte qué planes tenías hoy por la tarde, pero ya veo que tienes unos maravillosos.

―Sobre todo eso.

Escuché su risa y sonreí mientras metía un billete en la máquina y seleccionaba el café latte.

―Si estás muy aburrido, puedes venir a hacerme compañía.

―O podrías venir a mi casa ―murmuró.

―Si voy a tu casa, haremos de todo menos estudiar, Alaric.

―No lo niego.

―Y no me disgusta, pero antes de echar un polvo, prefiero aprobar y sacarme el máster de encima de una vez.

En las nubes ©Where stories live. Discover now