12

222 25 3
                                    

Ellie

—Cinco minutos, Ellie, solo cinco minutos te pido.

—Son una tortura...— dramaticé dejándome caer en la pared.

—Es tu abuela.

—No por elección— ignoré su mala mirada —Ella es quien no quiere hacer nada, llevo toda la tarde tratando de ayudarla y no me deja hacerlo. No se porque Anna y tú pensaron que esto sería buena idea, es pésima. No me quiere y nunca lo va a hacer.

—Te quiere...puede llegar a ser complicada pero lo hace, Ellie.

—Pues yo no lo veo por ningún lado, parece que me desprecia— bufé —Ya no quiero estar aquí, no importa que el trato se rompa, quiero irme a casa.

Papá suspiró observando la habitación por el hueco de la puerta entrecerrada, la abuela estaba dormida, o al menos eso parecía.

—Debo ir rápido a la oficina por unos papeles ¿Puedes cuidarla mientras tanto? No tardaré, aunque esté dormida prefiero que esté alguien conocido por si llega a despertar.

Miré a la mujer con indecisión pero la mirada de papá me hizo asentir, casi nunca me pedía nada, hacerle este favor no iba a matarme ¿No? —Esta bien.

—Gracias, cielo— recibí su abrazo saliendo con él del baño de la habitación, caminé al sofá sacando un libro de mi mochila abriéndolo donde marcaba el separador.

Si se quedaba dormida todo iba bien.

—No despegas los ojos de los libros, veo que es otra cosa que heredaste de tu madre.

Su voz hizo que apretara los labios, la prefería dormida.

—Si...

—¿Has comido ya?

—Lo haré al llegar a casa.

—No has comido nada desde que llegaste.

—Estoy bien.

—¿Quieres ir a la cafetería? Estaré bien quince minutos sola.

Confundida levanté la cabeza —¿Qué planeas?

—¿Perdón?

—¿Qué quieres hacer? Nunca te preocupas.

—Te escuché con Henry— soltó llevando sus ojos a mi —No te desprecio, Elizabeth.

Cerré el libro colocándolo sobre mis piernas —No te agrado.

—En realidad no te conozco.

—¿Tanto odiabas a mi madre que lo haces conmigo también? ¿Por qué? Mamá nunca te hizo nada.

La escuché suspirar débilmente —No la odié, Ellie, a ninguna de las dos— respondió haciendo una seña para que me acercara a ella —Siento mucho lo que pasó aquel día en casa, no eres más que una niña, no tienes la culpa de nada...y mucho menos podrías ser un error, tu padre te adora. He notado que todos los hacen, Matty, Tay, Owen y Anna, cometí un error contigo.

Me costaba creer las palabras que salían de su boca, dejé de caminar al llegar junto a la camilla analizándola con la mirada. Estaba tranquila, sus ojos demostraban tranquilidad —Gracias, Margot.

—¿Qué dices si tú y yo nos damos una oportunidad más? Dejaré de ser una molestia, descuida— sonrió suavemente.

—Me gustaría...

Su pálida mano se extendió —Háblame de ti, dime que te gusta, como va la escuela, las cosas en casa, si hay algún niño que te guste.

A pesar de que sentía un gramo de desconfianza tomé su mano acercando el sofá individual para sentarme junto a ella.

𝒞ℴ𝓂ℴ 𝒶𝓃𝓉ℯ𝓈जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें