y hoy sólo te vuelvo a ver

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creo que este es el capitulo más largo de todos, espero que les guste<3 



Julián

Estímulos sonoros.

Son frecuentes, pero sobre todo cuando escucho ciertas canciones. Si escucho una canción durante un periodo particularmente deprimente y después vuelvo a escucharla pasado algún tiempo, despierto de nuevo todos los sentimientos asociados a ese tema en concreto. Hay canciones que me encantaban y que ahora me niego a escuchar. Porque estimulan algunos recuerdos y sentimientos que no quiero revivir.

El tono de los mensajes entrantes de mi celular se ha convertido en uno de esos estímulos sonoros.

Más exactamente, el que había asignado a los mensajes de Enzo. Es muy especial, porque es un un fragmento de nuestra canción Tal vez mañana. Se lo puse después de haber escuchado la canción por primera vez. Me gustaría decir que ese estímulo sonoro es negativo, pero no estoy seguro de que lo sea. El beso que nos dimos durante la canción provocó, sin duda, sentimientos negativos de culpa, pero el beso en sí me sigue derritiendo el corazón cada vez que recuerdo ese momento. Y pienso mucho en ese instante. Mucho más de lo que debería.

De hecho, estoy pensando en él ahora mismo, porque el fragmento de nuestra canción acaba de salir por el altavoz de mi teléfono, lo cual significa que acaba de llegarme un mensaje.

De Enzo.

Sinceramente, no esperaba volver a escuchar ese sonido nunca más.

Ruedo sobre la cama, extiendo el brazo hacia la mesita de luz y agarro el celular con dedos temblorosos. Saber que acabo de recibir un mensaje de él me alteró de nuevo todo mi organismo, que de repente se ha olvidado de funcionar como corresponde. Me acerco el teléfono al pecho y cierro los ojos, demasiado nervioso para leer sus palabras.

Late, late, descansa.

Contrae, dilata.

Inhala, exhala.

Muy despacio, abro los ojos, sostengo el teléfono en alto y desbloqueo la pantalla.

Enzo: estás en tu casa?

¿Que si estoy en mi casa?

¿Y por qué me pregunta eso? Si ni siquiera sabe a dónde vivo. Además, me dejó bastante claro a quién era leal su corazón cuando hace tres semanas me dijo que me fuera de su departamento.

Pero estoy en casa y, en contra de lo que me indica la cordura, quiero que él lo sepa. Me dan ganas de contestarle enviándole mi dirección y diciéndole que venga él mismo a averiguar si estoy o no en casa.

Pero al final me decido por algo más seguro. Algo menos revelador.

Yo:

Corro las sábanas y me siento en el borde de la cama. Me quedo mirando fijamente el teléfono, tan asustado que no me atrevo ni a parpadear.

Enzo: no abrís la puerta

me confundí de departamento?

Dios.

Ojalá que, efectivamente, se haya equivocado de departamento. O tal vez quiera que esté delante del departamento correcto. La verdad es que no sé, porque me alegra que esté acá, pero también me enoja que esté acá.

Tanto sentimiento contradictorio es agotador.

Me pongo de pie y salgo corriendo de la habitación, directa hacia la puerta.

tal vez mañana | julián x enzoWhere stories live. Discover now