tal vez mañana | julián x enzo

no des crédito a murmullos

Julián

Yo: por qué tardas tanto? estás escribiendo una novela?

No sé si es que le dio sueño por el masaje que le estoy dando en los hombros, pero hace cinco minutos que se quedó embobado mirando el teléfono.

Enzo: perdón, estaba pensando

Yo: me di cuenta

entonces... el nombre del grupo?

Enzo: historia larga

voy a buscar la compu

Abro Facebook en el celular para recibir sus mensajes. Cuando vuelve, se apoya en la encimera de la cocina, a unos cuantos pasos de mí. Me doy cuenta de que puso distancia entre ambos, y eso me hace sentir un poco incómodo, porque sé que no debería haberle masajeado los hombros. Es demasiado, teniendo en cuenta lo que pasó entre nosotros, pero en cierta manera tengo la sensación de que es culpa mía que le duelan los hombros.

La verdad es que no se ha quejado de lo que le supone tocar en el suelo, pero sé que a veces le duele. Sobre todo después de noches como la de ayer, cuando nos pasamos tres horas seguidas componiendo. Empezó a tocar en el suelo porque las cosas resultan más difíciles cuando está a mi lado, en la cama. Si no estuviera tan enganchado con su forma de tocar la guitarra, no sería tan problemático.

Pero la verdad es que estoy muy enganchado con su forma de tocar la guitarra. Y me atrevería a decir que también estoy muy enganchado con él si no fuera porque la expresión "estar enganchado" no define ni de lejos lo que siento. Pero ni siquiera voy a intentar definir lo que siento por él, porque no quiero adentrarme en ese terreno. Ni ahora ni nunca.

Enzo: íbamos como unos seis meses tocando juntos solamente por diversión cuando conseguimos tocar en un restaurante. nos pidieron el nombre del grupo para poder anunciarlo en la agenda. hasta ese momento ni siquiera nos considerábamos un verdadero grupo, porque sólo tocábamos por diversión, pero esa noche estuvimos de acuerdo en que estaría bueno tener un nombre. por turnos, fuimos haciendo propuestas, pero parecía que no podíamos ponernos de acuerdo

fuimos tirando varios nombres y yo sabía que necesitábamos algo que fuera tipo acústico

en ese momento tomás pensaba que sebastian era un pesado, entonces dijo que el nombre lo iba a elegir yo y todos tenían que estar de acuerdo

sebastián se enojó, se fue y dijo que le daba lo mismo, que no quería estar en el grupo. yo sabía que sólo era una de sus típicos enojos. lo entendía, no tenía papás y se estaba criando solo, así que creo que era bastante maduro para su edad a pesar de hacer esos berrinches de vez en cuando

intenté pensar en algún nombre, algo que significara algo para nosotros, pero especialmente para mi hermano

entonces me acordé del día que escuché música

él tenía dos años, por ahí, y yo cinco. ya te hablé sobre mis papás y todos sus dramas, así que no voy a hablar de eso otra vez. pero, además de todas sus adicciones, también les gustaba armar jodas. a la noche, cuando empezaban a llegar sus amigos, a sebastián y a mí nos mandaban a nuestras habitaciones. me di cuenta de que, al despertarse, él siempre llevaba el mismo pañal que al acostarse. nunca se ocupaban de él, nunca le daban de comer, ni le cambiaban el pañal. supongo que las cosas ya eran así desde que era un bebé, pero la verdad es que yo no me di cuenta hasta que empecé a ir a la escuela